¡Hola! ¿Qué tal? Estamos a final de agosto. Dentro de poco le diremos au revoir al verano y todo el mundo volverá a la rutina. Como dice mi madre “La vida siempre es un poco más de lo mismo”. Tras estas sabidas y ciertas palabras, vamos a hablar de lo que esperas encontrar en este artículo. Tras la última publicación del blog Bollería casera, no dejarán ni las migas, decidí crear otro post sobre masas fermentadas.
Hoy traigo una receta recién salidita del horno (nunca mejor dicho): “Masa básica de Pan”. Es muy, muy fácil de hacer y barata. Esta vez no es un postre pero si respetas los tiempos de fermentación que tiene esta receta, los dejarás a todos boquiabiertos.
Coge lápiz y papel y toma nota. Ya no vas a tener excusas para hacer tu propio pan casero.
Ingredientes
1 kg de floja
500 gr de agua
25 gr de levadura fresca
15 a 20 gr de sal (según gusto. Yo suelo ponerle 15)
Paciencia (como en todas las masas que llevan levadura)
Elaboración
Primero, añadimos la levadura al agua y la disolvemos bien.
En el bol de la amasadora agregamos la harina y el líquido del paso anterior. Amasamos todo a velocidad media hasta que se incorporen bien los ingredientes. Luego, añadimos la sal. Continuamos amasando. Si no tienes este electrodoméstico, también se puede hacer a mano pero esto te llevará más tiempo y es posible que ensucies más. Esto ya es a elección de cada uno. Yo amasé a máquina durante 5 a 7 minutos.
Durante el amasado es posible que tengamos que agregar más agua y harina. Si te ocurre esto, hazlo poco a poco hasta que la masa no se te pegue en los dedos.
Espolvoreamos un poco de harina sobre la mesa de trabajo y amasamos a mano hasta que nos quede una bola lisa y homogénea. ¿Cómo amasamos a mano? Cogemos la masa con una mano y con la otra estiramos con la parte de la palma de la mano más próxima a la muñeca, recogemos y volvemos a estirar. Hacer esto durante 5 minutos.
Ahora llega el momento de la fermentación. Es una de las partes más importantes de este proceso. La haremos en dos fases. Para la primera, enharinamos un bol, agregamos la masa, la tapamos con un paño húmedo y la dejamos reposar una hora o hasta que duplique su volumen.
Ahora, haremos la segunda fase. Para ello, volvemos a enharinar un poco la superficie de trabajo y sobre ella pondremos la masa. Lo único que debemos hacer aquí es cortarla en trozos más pequeños de 90 a 100gr. Yo, inclusive, preparé porciones de 200gr para hacer unas baguettes medianas.
Para los panes pequeños decidí darles forma redonda. Boleé cada porción de masa y luego las puse sobre la bandeja del horno con papel de hornear. Cada bola debe estar a 5cm de distancia de la otra para que, durante el proceso de fermentación, no se peguen. Antes de fermentarlas, le haremos un corte en la superficie con un cuchillo bien afilado y espolvorearemos un poco de harina para darle un toque rústico, casero. Las dejamos reposar hasta que dupliquen su volumen. Esto puede demorar otra hora.
Te estarás preguntando ¿cómo hacemos las baguettes medianas?
Fácil. Cogemos trozos de 200 gr. Enharinamos ligeramente, la mesa de trabajo. Estiramos la masa con las manos y le damos forma de rectángulo. Luego, nos ayudamos de un rodillo y la estiramos a lo largo y a lo ancho. Nos interesa que quede más larga que ancha pero de manera proporcional ¡No la estires 1 metro de largo por 1 cm de ancho! Proporcionalmente… Cuando tengamos el rectángulo de masa, lo enrollamos a lo ancho, desde un extremo hacia el otro sin presionar demasiado y dejamos el pliegue final boca abajo. ¿Para qué? Simple. Para que cuando fermente no se abra por allí la masa. Además, quedará estéticamente mejor.
A partir de aquí es el mismo procedimiento que para el pan redondo pequeño. Le hacemos unos cortes en la superficie con la ayuda de un cuchillo y la dejamos fermentar por segunda vez.
Quince minutos antes de que termine la segunda fermentación (ya sea de un tipo de pan o de otro), precalentamos el horno con ventilador y calor arriba y abajo a 250º C. En este mismo momento añadiremos en la parte baja del horno un recipiente con agua y que soporte altas temperaturas. Esto servirá para que, mientras horneamos el pan, haya humedad y se cree una corteza crujiente en él. Nuestro pan no tendrá exactamente la misma corteza que el que compramos en la panadería ya que no tenemos esos fantásticos hornos pero quedará bueno. Eso sí, aunque no tengamos en casa hornos profesionales, el sabor será muuucho mejor y, además, durará más tiempo. ¡Basta de panes que en 10 minutos se endurecen y son sólo aire y pobres en miga!
Recapitulamos. Cocinamos el pan a 250º C (horno medio con ventilador y calor arriba y abajo) durante 10 a 12 minutos.
¿Cómo sabemos que el pan está cocinado?
El mejor indicador suele ser el color. Cuando esté “doradito” es que está hecho. Otra forma de saberlo es cogerlo y golpear la base. Si suena a “hueco” está en su punto.
Así de simple y sin darnos cuenta ya tenemos nuestra Masa básica de Pan. Con esta receta les alcanzará para 16 panes pequeños de 100 gr cada uno. Se conservan perfectamente durante dos días. Para el tercer día os recomiendo reutilizar lo que les haya sobrado haciendo unas tostadas para el desayuno o merienda ¡Imagínate el dinero que ahorras si haces el pan en tu casa! Además, recién horneado y frío, puedes congelarlo y tenerlo siempre a mano para cuando te haga falta.
¡Pero aún hay más! (ya me parezco a los de la teletienda).
¿Quieres ver la receta en vídeo?
Haz clic en algunos de los iconos de aquí abajo.
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