Cuando hablamos de rebozar en cocina nos referimos a impregnar verduras, pescados o carnes de unos determinados ingredientes para, posteriormente, freírlos en abundante aceite. Con ello conseguimos dotarlos de cierta esponjosidad y hacer que estén un poco más jugosos.
El rebozado más común es donde se usa huevo, harina o pan rallado. Pero el deseo de conseguir mejores texturas en nuestros rebozados ha hecho que hayan evolucionados. Por un lado hay algunos que resultan menos aceitosos, como la 'tempura' o 'témpura', y algunos más originales en los que se emplean frutos secos o cereales. Descúbrelos.
Lo tradicional
Por lo general el rebozado estándar se le llama “A la romana”. Por ende, el alimento protagonista se baña primero por huevo batido para luego pasarlo por harina y finalmente freírlo en suficiente aceite de oliva preferiblemente y muy caliente. En zonas como Andalucía, donde es común comer pescaíto frito, que va rebozado, se usa sólo harina y, en este caso, se denomina ‘a la andaluza’.
El empanado es otra forma de rebozar ciertos alimentos. En este caso, el alimento, antes de freírse, se pasa primero por huevo, y luego por pan rallado. Para dotarlo de más consistencia y esponjosidad hay quienes, entre el huevo y el pan rallado, sumergen también el alimento en harina. Un truco para conseguir, en este caso, unos empanados o rebozados elevados, consiste en agregar una pizca de levadura en la harina o en el huevo.
Los rebozados más modernos
En estos últimos años ha surgido una nueva moda, mayormente en verduras en tempura. Este rebozado obtiene una capa muy crujiente. Este se conforma por una mezcla de huevo batido y harina pero a diferencia de otras recetas a esta harina se le agrega agua muy fría. El alimento se pasa por esta mezcla y, como el rebozado está muy frío, se absorbe menos aceite al freírlo y el resultado final es menos grasiento.
Para dar un toque muy crujiente a ciertas carnes y, además, con un sabor especial, se usan también para rebozar cereales o copos de maiz, los tradicionales del desayuno, frutos secos como los kikos, patatas fritas e, incluso, galleta María. En todos los casos se suelen triturar y el proceso es similar al del empanado: pasamos por huevo y luego por ese ingrediente triturado.
En muchos supermercados se pueden encontrar determinados rebozados ya preparados especiales para cada tipo de alimento. Por ejemplo, existe masa de tempura a la que tan sólo hay que agregar el agua fría. Sin duda, los rebozados han sufrido una auténtica revolución.
Recetas:
Berenjenas rebozadas
Camembert rebozado
Calamares a la romana
Coliflor empanada
Filetes de cordero empanados
Tempura japonesa
Pollo rebozado con cereales y salsa Bearnesa
Flores de calabaza en tempura
Ensalada de pollo crujiente (con kikos)
Salmón rebozado con salvado