Todas las fiestas de nuestro país tienen asociadas platos típicos y, sobre todo, dulces. Pero creo que de todas ellas, la Semana Santa es la que más concentra, puesto que no sólo hay un postre típico para todo el país, sino que en cada Comunidad hay varios que, además, se han extendido al resto, por lo que los dulces a degustar son un montón.
Creo que las más preparadas son las torrijas (seguidas muy de cerca por las rosquillas), quizás porque son de los más fáciles de hacer. A las tradicionales hechas con pan, leche, azúcar, limón, canela y huevo, se van añadiendo otras versiones más modernas, como éstas hechas con bizcochos de soletilla y fresas.
Las que más me han llamado la atención siempre son las rosas crujientes que se preparan sobre todo por Andalucía y Extremadura. Para darle esa forma tan peculiar que tienen, hay que emplear un utensilio muy característico. Me encanta ver cómo se usa.
Del norte de España me encantan las Casadielles asturianas, que aunque muchos dicen que son típicas de Semana Santa, no es difícil encontrarlas en otra época. Y algo que he descubierto hace poco son las Aceitadas, de Castilla y León. Me han encantado y he buscado la forma de poder hacerlas en casa. Si te apetecen, comparto la receta contigo.
Y las que más me llaman la atención son las Monas de Pascua, ya que al ser andaluza y vivir en Madrid, no las he visto casi nunca. Lo cierto es que siempre me he liado con ellas, porque en unos sitios son sólo un pan quemado, y en otros son esculturas de chocolate, pero hoy he leído un reportaje que me ha aclarado un poco la cuestión. Las de chocolate son las que se hacen en Cataluña y Baleares, y podemos decir que son una variación de las más tradicionales. Estos días los pasteleros de estas comunidades se afanan por hacer las más espectaculares.
Tienes para elegir todos los dulces que quieras. Lo que no sé yo es si sólo en 7 días daremos abasto para comerlos todos. ¡Menudo empacho! ¿Con cuál te quedas?