Desde hace poco más de una década, los viticultores canarios, con el apoyo del Gobierno de la Comunidad, están haciendo un esfuerzo por devolverles una fama que están reconquistando poco a poco. Las Denominaciones de Origen, que han logrado las diferentes islas en los años 90, colaboran en este empeño que ya ha comenzado a dar fruto, sobre todo con la destacada producción de vinos jóvenes.
Factores que garantizan la buena calidad
Una de las principales características climatológicas que ayudan en la producción del vino en las Islas Afortunadas es la influencia de los vientos alisios, que aportan humedad, beneficiosa para el crecimiento de la uva. El Atlántico, que evita la sequedad del terreno, compensa la escasa presencia de lluvias en el archipiélago. Asimismo, los suelos donde crecen las vides tienen un origen volcánico, que los hace especialmente fértiles, dada la alta presencia de minerales.En Canarias es importante el hecho de que no esté presente la filoxera, insecto que afecta a la vid, ya que significa un riesgo menor en la salud de la planta. En las zonas donde la maduración de la uva es más rápida, la vendimia se realiza antes de lo habitual, en agosto.
Vinos diferentes según las islas
Los caldos canarios presentan diferencias según las islas, marcadas por el tipo de uva de que se trate y su grado de madurez, el clima, las propiedades del suelo (diferentes en cada zona) y la forma de elaboración.El Hierro tiene poca altitud, lo que conlleva una maduración más rápida de la uva. El cultivo de la vid en esta isla comenzó en 1526; esta larga tradición se combina con las últimas tecnologías en lo que a fabricación de vino se refiere. Gran Canaria se caracteriza por el cultivo de viñedos en terrenos pequeños, combinándolo con otro tipo de vegetales. Los tintos son su marca distintiva.
En La Gomera las vides se extienden a lo largo de pendientes muy acusadas y son característicos los caldos blancos, aunque comienzan a compartir protagonismo con los tintos.
En La Palma, las plantaciones se encuentran en las faldas de colinas. Destaca el vino 'Malvasía' dulce.
En Lanzarote los terrenos fueron cubiertos por la lava con la última erupción volcánica, en el siglo XVIII, lo cual supone cierto impedimento para el crecimiento de la uva. En esta isla, la planta crece dentro de hoyos rellenos de lapilli o picón (restos de lava), que tienen la función de proteger a la vid y retener el poco agua que ésta recibe de las lluvias. Para plantar la viña es necesario apartar este material para llegar a la tierra donde se desarrollará.
El terreno ha de ser abonado cada dos o tres años; sin embargo, no es necesario quitar las malas hierbas, ya que la arena volcánica no permite que éstas crezcan. Como protección para las viñas, se colocan paredes de material volcánico, las cuales disminuyen el espacio disponible destinado a la plantación.
De esta isla proceden las uvas con las que la bodega El Grifo, la más antigua de la isla, creada en 1775, fabrica sus caldos. En ella se encuentran desde vinos blancos hasta rosados, tintos o los típicos malvasías. Para recordar viejos tiempos, la bodega posee un museo del vino, situado en las antiguas instalaciones, donde se muestra la maquinaria con la que hace más de dos siglos se elaboraba la preciada bebida. El Grifo posee dos símbolos distintivos: una palmera, probablemente la más antigua de la isla, que data de 1750, y el emblema de la empresa, que fue diseñado por el arquitecto y artista César Manrique.
- Tenerife dispone de cinco Denominaciones de Origen diferentes: 'Abona', situada en el sur de la isla, con una producción mayoritaria de vinos blancos.
- 'Valle de Güimar', que abarca una zona del este de Tenerife, predominando el sistema de cultivo por medio de parrales.
- 'Valle de la Orotava', en el cual se encuentran las plantaciones de las que surgió la variedad 'Canary', como eran conocidos los caldos de las islas hace siglos.
- 'Ycoden Daute Isora', en el noroeste, y abarca entre otros el conocido municipio de Icod de los Vinos.
- 'Tacoronte Acentejo', la primera Denominación de vino obtenida en la isla, que aporta al repertorio vinícola de la isla unos magníficos tintos. Éstos, a diferencia de lo imperante en el archipiélago, comienzan a ser de crianza e incluso reserva.
Una buena alternativa con la que combinar los caldos canarios son los quesos que aporta la Comunidad al acervo gastronómico, de calidad excelente, elaborados en su mayor parte con leche de razas autóctonas canarias, en especial de ganado caprino.