Mágico crisol. Cada una de las regiones de China es conocida en el mundo de los enterados por sus particularidades y características gastronómicas. Así, Beijing es conocida como la capital de la cocina clásica, Shanghai como metrópoli del gourmet, Sichuan como el paraíso de las especias, Yunnan como El Dorado de los ingredientes…
El dim sum, cuyo nombre significa literalmente tocarse el corazón, une a todas las provincias chinas, y es un bocadillo inseparable del té. El origen de este entremés se remonta a la antiquísima sociedad agricultora que después de un exhaustivo día en los campos, mezclaba las amabilidades de una conversación y las delicias del té con una copiosa selección de dim sum. La creatividad secular de la que los chinos son dueños, ha desarrollado especialidades originalísimas de dim sum. Así Taiwan, Kiampú y Chekiang son algunas de las muchísimas provincias que han llevado ese platillo a la más sofisticada de las expresiones.
Hay una variedad casi infinita de dim sum: los diferentes rellenos y pastas disponibles significan que se podría comer dim sum casi a diario y nunca aburrirse.Las tres principales son los dumplings, los bollos y los rollos, y pueden ser fritos o al vapor. Tradicionalmente el dim sum se sirve en canastas vaporeras de bambú, pero su presentación dependerá de la tradición de la región.
En el siglo XIX llega a occidente el dim sum, gracias a la intención de los ingleses de dominar económicamente al más rico y extenso país de oriente. Hoy, muchos países de Europa y América cuentan con restaurantes especializados de Dim Sum. Afortunadamente disfrutar de esta exquisitez, acompañada de abundantes tazas de té, es una experiencia que nos esta al alcance a través de todo el mundo!