Cada vez tenemos más electrodomésticos en casa, en nuestras cocinas, cada vez son más sofisticado, y tendemos a llenarlos de maquinas que nos faciliten la tarea de elaborar nuestras recetas, y al final conseguimos el efecto contrario como es el de complicarnos y llenar nuestro reducido espacio en la cocina de "cacharros"
Y acabamos arrinconando a electrodomésticos tradicionales que han cumplido siempre su perfecto y a veces simple trabajo, como la batidora de mano, electrodoméstico que lleva desde siempre en nuestras cocinas.
Las comenzamos a llamar Minipimer, en 1950 fue inventada la primera batidora de mano, y se llamó bamix. Un diseñador industrial español, desarrolló una versión perfeccionada que salió a la venta en 1959 y la llamó minipimer (mezcla del prefijo mini, por su tamaño comparado con las batidoras del momento, y la marca Pimer, nombre de la primera empresa que las fabricó.
También las llamamos túrmix, por una extinta marca que comenzó su comercialización al rededor de la década de los 60, y a mitad de esa década, una conocida marca española que empezaba a despegar, adquirió la marca.
Es tan popular llamar a la batidora eléctrica de mano, túrmix, que dicho término está recogido en la RAE.
También es conocida de diversas maneras como; licuadora de mano, batidora de mano, batidora de brazo, batidora de inmersión, batidora de palo, licuadora de vanda...etc.
¿Y que función tienen? Pues una función muy simple pero que nos ayuda muchísimo en nuestras elaboraciones. Mezclar o triturar alimentos sin tener que ponerlos en un recipiente aparte. También es un electrodoméstico compacto y desmontable que facilita su limpieza