De la mano de nuestros amigos de la Denominación de Origen llegamos a un verdadero paraíso frutal, tal y como lo describieron los antiguos cronistas del siglo XVIII para recorrer una de las muchas fincas familiares asentadas en los pequeños bancales del valle, situado en la solana para comprobar en primera persona la recolección.
Estas pequeñas explotaciones familiares están divididas por paredes de piedra, de una o dos hectáreas con diferentes variedades de cerezos plantados y a diferentes alturas para que la maduración del cerezo sea distinto y se pueda recoger escalonadamente.
La recogida abarca desde finales de abril hasta inicios de agosto. La técnica de recolección es manual y cuidadosa ya que se trata de un fruto muy delicado.
Pero hablemos de la joya de la corona, la Picota. La Denominación de Origen protege a 4 variedades:
Ambrunés.
Pico limón negro.
Pico Negro.
Pico colorado.
Estas cerezas se diferencia del resto de variedades por ser originarias del Valle del Jerte con una calidad superior, más dulce, menos ácidas y algo más pequeñas. Una característica de la Picota es que todas ellas vienen sin rabito ya que se queda en el árbol en el momento de su recolección.
También hay que mencionar que hay una quinta variedad de cereza protegida por la Denominacio?n de Origen Cereza del Jerte, la Navalinda. Esta cereza no pertenece al grupo de las picotas, tiene rabo y es una cereza ma?s temprana, que llega a los puntos de venta en mayo.
PROCESOUna vez recogida la cereza del árbol, en la misma finca, se separan las buenas de las que son de clase II (las que tienen pequeñas imperfecciones) antes de enviarlas a la agrupación cooperativa del Valle del Jerte, donde se clasificarán según su tamaño.
En las impresionantes instalaciones que visitamos reciben los millones de cerezas e introducidas en cámaras de refrigeración para mantenerlas en condiciones excelentes antes de su clasificación.
Se vuelven a cribar de forma manual para eliminar las posibles cerezas imperfectas para pasar luego a un sistema automatizado. Aquí se seleccionan por tamaños con un sistema de calibrado, luego pasa a envasado y finaliza en etiquetado.Durante gran parte del proceso son transportadas en carriles de agua fría, para mantener la cadena de frío y ser enviadas a toda España y Europa en condiciones óptimas.
Las cerezas que no cumplen las calidades requeridas, se utilizarán para licores, aguardientes, zumos,...
Pero en el Valle del Jerte no todo son cerezas, es un auténtico cuadro de naturaleza que pudimos visualizar desde nuestro retrovisor del coche que aprobó con nota en esta etapa, al recorrer las escarpadas carreteras para poder contemplar este manto rojo.