Confío mucho en que las modas vuelvan, porque si no, no sé qué sentido tendría que mi cuarto trastero esté abarrotado de cajas con ropa que no me pongo desde los años 90. Mi obsesión por guardarlo todo al final servirá para algo. Si yo no me vuelvo a poner esa ropa espero que lo hagan mis hijas, o mejor no, porque hay cada top que directamente lo voy a donar al departamento de vestuario de Juego de Tronos para que vistan a alguna Khaleesi que otra. Madrecita. Si no queréis guardar reliquias de otros tiempos y no están en condiciones de ser aprovechadas por nadie, os ofrezco la oportunidad de darles una vida más a esos pantalones vaqueros que ya no resistirían ni un lavado a la piedra más.
La verdad es que una vuelta por las cajas de mi cuarto trastero es a partes iguales visitar la cámara de los horrores y un túnel de la risa. Cuántas veces se me podría pasar por la mente la exclamación ¡¿pero cómo podía yo ponerme ESTA PRENDA?!. ¿Por qué guardo unas botas como de boxeador de color blanco con dibujos verdes y plastiqueras como una botella de cocacola de 2L? ¿Por qué guardo ese vestido con el que salí en mi primera Nochevieja con el pelo engominado? ¿Y esa camisa de leñador? Pero no de leñador hipster como las de ahora sino de auténtica franelaca gruesa. ¿Y El plumífero blanco hasta los pies? ¿eh?
Aunque debo decir que no todo era esperpéntico. Les tengo mucho cariño a mis Panama Jack marrones oscuro para las que ahorré la paga de meses. Y les tengo mucho cariño a unos Levi?s 501 que me compré también con mis ahorros. Los únicos Levi´s que tuve de joven porque en mi hogar anti-imperialista mi padre no era partidario de ningún producto estadounidense (fui al Mcdonalds por primera vez con 18 años). Así que, como sólo tenía ésos, les saqué los dobladillos hasta que había marca de tres cercos de plancha. La tendencia estaba de mi parte porque se llevaban pesqueros. La pequeña pega que tenían?. me los compré de color verde-azulado (WHY?). Sé que nunca podré reciclarlos en nada, pero son un tesoro para mí.
El DIY de hoy no es idea mía, lo encontré por Pinterest que es un magnífico lugar para inspirarse. Lo vi y rápidamente pensé en unos vaqueros de mi marido que no veía el momento de quitarle del armario porque en su crisis de los 40 no se da cuenta de que ya no estamos para ir con vaquero roto. Y reciclé otros vaqueros míos que no han resistido el paso del tiempo y los cambios de talla.
Así que ya sabéis, si tenéis algún pantalón con unos bolsillos monos y que esté para tirar, podéis hacer estos mantelitos que a mí me parece que quedan muy bonitos. Eso sí, si la ropa está en buen estado, no la destrocéis! Es preferible dársela a quien la pueda aprovechar.
Necesitarás:
Pantalones vaqueros que no puedan ser reutilizados para vestirse
Manteles individuales de los colores que te gusten: yo compré dos manteles de colores en IKEA por 2 euros los dos. Y en la zona de oportunidades compré también un camino de mesa (el mantel azul que veis en las fotos) que me dio para cortar cuatro rectángulos y me costó 0,50 eur.
Aguja e hijo (y dedal!, que la tela vaquera es un poco dura)
Prodecimiento
Descose los bolsillos de los pantalones
Si has comprado una tela que tienes que transformar en manteles individuales escoge la medida, córtala y hazle un dobladillo. Si utilizas manteles ya hechos este paso no lo necesitas.
Haz la composición de cómo quieres colocar los bolsillos. Como veis en las fotos, en los manteles en los que puse los bolsillos de los Levi´s de mi marido, puse sólo un bolsillo porque eran grandes. En cambio, los bolsillos de mis vaqueros eran más chiquititos así que hice una composición con los dos bolsillos en un solo mantel.
Cuando hayas elegido la posición, fíja los bolsillos con alfileres y cóselos dejando la parte de la abertura sin coser. Es la que te servirá para meter la servilleta y los cubiertos.
Otras posibilidades:
Con las trabillas para el cinturón puedes hacer ganchitos con los que sujetar mejor los cubiertos. Puedes adornar con los botones de los vaqueros cosiéndolos en las esquinas de los manteles? Hay muchas opciones contando con un poco de tiempo y con otro poco de imaginación.
Ay lo que debe de haber en el cuarto trastero de esta diva del estilo noventero...