Se vivió con mucha alegría, sin inconvenientes, familias y amigos compartieron una experiencia única en la ciudad. Puntos para arreglar y mejorar siempre vamos a encontrar pero que nada opacó el evento eso seguro.
Vinieron figuras reconocidas del ambiente gastronómico, y fueron parte tanto de las cocinas como de las clases magistrales.
Otros puntos importantes fueron los talleres de oficio y la expo de productores dónde se pudieron apreciar tanto locales como del interior del país, probando sabores y conociendo opciones que no tenemos al corriente en nuestra ciudad.
Masticar día 1
El ingreso al predio fue tranquilo y simple, no hubo demoras en el mismo, lo primero que hago es recorrer el predio y pasar por la zona de vinos para descubrir el lugar donde se dictan los talleres de oficio.
Continúo mi recorrida y veo el Mercado. Lo primero que encuentro es una librería, de la ciudad, con muchísimos libros de gastronomía, veo algunos que no se suelen encontrar comúnmente y me comentan que son exclusivos para el evento.
Entro al mercado de productores, y sin saber aún que no se manejaba plata en la feria, comienzo a recorrer los puestos; quesos y fiambres de todas las localidades, kit para girgolas. Alfajores, condimentos, frutos orgánicos, la gente de bioconexión con sus sorbetes orgánicos, probé un aceite de sésamo realmente excelente. De todo encontrabas en ese mercado.
Luego de cambiar billetes, volví y fui directamente a comprar el kit de girgolas, unos alfajores de Jokey Delicias, que realmente son exquisitos.
Después de la recorrida ya comenzaba a querer “masticar” algunos de los platos que se ofrecían en la feria. Las inmensas colas para comer, en los lugares de los más reconocidos, no quitaban las ganas y uno esperaba pacientemente.
Ese día disgusté una “Burguer de Jabalí” con un sabor suave y delicado, realmente excelente de “Filomena Delicatessen“, y las Mollejas de “Los Hermanos Petersen“.
También pude asistir a las clases de Pamela Villar junto a Natalia Cerezuela, hija de uno de los pasteleros que trabajaron con el original Postre Balcarce, del cual nos dio una clase magistral del mismo, mientras Pamela hizo una torta 3 leches con los sabores del mítico postre.
Luego de la charla de Pamela y Natalia, arrancó la clase de la cual yo estaba muy ansioso, la de Juan Braceli junto a Ezequiel Ortego. Fue totalmente descontracturada, se lo vió con mucha “cancha” y supo mantener al público entretenido.
Conocíamos la historia de Trapiche, bodega que apostó a Chapadmalal, y producen vinos desde allí. Al haber tanta lluvia y muchos días nublados, la uva que se puede obtener tiene mucho menos azúcar, por lo que genera menos graduación alcohólica. Mientras Juan amasaba unos tallarines y hacía una salsa con base de putanesca con chipirones, langostinos y embutidos, haciendo de ese modo un plato “mar y tierra”.
Realmente el primer día no podría haber estado mejor.
Masticar día 2
Ya habiendo conocido como era la movida, llegue para uno de los talleres de oficio. Brindado por Surfrider, Oda biovajilla y Bioconexión. Gustavo Huici, Director Ejecutivo en Surfrider Foundation Argentina, nos habló de la situación actual de la ecología en las costas y la contaminación existente.
Posteriormente continuó la presentación de Oda biovajilla. Una propuesta más que interesante de vajilla realizada con los residuos de la cocina, más exactamente con la cáscara de papa. Un producto muy bueno con comportamientos similares al cartón y que se biodegrada en 30 días. Cerrados herméticamente se pueden conservar durante un año aproximadamente.
Luego fue el turno de Juan de Bioconexión, oriundo de Jujuy, que nos trajo sus sorbetes de papaya como excusa para plantear el tema de la ecología y la importancia de buscar alternativas a los plásticos, contarnos un poco del trabajo que realizan en Jujuy. Los sorbetes plástico son parte de la planta de papaya que se limpian con sal, se secan y duran hasta 3 semanas.
Luego del taller fui en búsqueda de otros sabores, y probé de Oviedo un excelente carré de cerdo, con chimichurry, dentro de una ciabatta bien crujiente, suave y deliciosa.
Y otro sandwich el de Lele Cristobal y su Café San Juan, con bondiola a la barbacoa japonesa, con una especie de coleslaw y pepinos encurtidos, realmente muy rica, con lo que el día 2 cerro muy bien.
Masticar día 3
Fue más conciso, directamente a la librería a comprarme el libro, “La cocina y los alimentos” de Harold McGhee.
De ahí directamente a hacer la fila para ver a Osvaldo Gross y Andrea Gonzáles, con su clase magistral de medialunas, derribando los mitos de la medialunas marplatenses.
También se habló un poco de la historia de la medialuna, o mas bien del croissant, que proviene de Viena del siglo XVII, que gracias a los panaderos que allí vivían, por los horarios de trabajo escucharon como los turcos al intentar invadir la ciudad, estos excavaban un túnel y ellos fueron quienes advirtieron sobre este hecho. Por eso el rey de Polonia y Lituania, Juan III Sobiesky, les encargó la elaboración de unos panes con la forma del emblema de los turcos, para inmortalizar la victoria, y así hicieron primero en forma de media luna y luego se realizaron rectos, como se conocen actualmente.
En cuanto salí de ahí fui decidido a comprarme una porción de pizza en “Hell’s Pizza“, pero con tal mala suerte que al haber estado una hora en la fila, faltando pocos lugares, nos informaron que ya se habían acabado.
Pero no dejé que eso opacara la noche y me pedí un chorizo de calamar en “Le Grill“, algo que realmente me sorprendió gratamente, muy recomendado para que puedan probarlo. Después seguí con la onda marina y me fui a “La Mar” a probar el “Mítico Cebiche” con rabas, también muy rico con langostinos y ese sabor alimonado, junto a unas rabas de excelencia.
Cuando me estaba yendo pasé por el puesto de Jockey Delicias y no pude contenerme a probar, ese postre que había visto como lo elaboraban el primer día. Por lo que cerré el día y la feria con un excelente “Postre Balcarce“.
Feliz de haber vivido 3 hermosos días en la feria masticar, con buenas experiencias, y deseando que vuelva a repetirse, es que le digo “Hasta la Próxima“.