Muchos de nosotros estamos aprovechando estos días de encierro para probar recetas nuevas, y es algo que me encanta. Sobretodo cuando se trata de preparaciones que son tan deliciosas como sanas por ser una versión más saludable de recetas tradicionales. Es el caso de estos muffins con pepitas de chocolate. Están tan buenos que nadie diría que no llevan harina, sino que están hechos con garbanzos, y que tampoco llevan azúcar. Seguid leyendo para ver cómo se hacen, porque además son facilísimos y muy rápidos.
Vaya por delante que, cuando digo que no tienen azúcar, me refiero a que la receta no lleva el típico azúcar blanco, pero sí que lleva sirope de ágave (y el azúcar que puedan llevar las pepitas de chocolate). En realidad no es una receta light ni baja en calorías, pero sí es más sana que la de unas magdalenas o muffins tradicionales.
La receta, por cierto, la encontré en el blog Ambitious Kitchen, y es la siguiente:
Ingredientes:
425gr de garbanzos cocidos y escurridos (yo usé dos botes pequeños de garbanzos en conserva).
3 huevos
1/2 taza de crema de cacahuete
1/2 taza de sirope de ágave (puede sustituirse por miel)
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 cucharadita de levadura
1/4 cucharadita de sal
1/3 taza de pepitas de chocolate, más 2 cucharadas
Preparación:
Calentar el horno a 175º. Rociar con aceite en spray unos 16 moldes de magdalenas (los míos son de silicona y ese paso me lo salté).
En un procesador tipo Thermomix o batidora de vaso, poner los garbanzos y un huevo, y batir hasta que quede una masa homogénea. Añadir el resto de huevos, la crema de cacahuete, el sirope de ágave, la vainilla, la levadura y la sal, y batir de nuevo hasta que la masa esté ligera y homogenea. Añadir el 1/3 de pepitas de chocolate y remover sin batir, para que se distribuyan en la masa.
Repartir la masa en los moldes, y poner por encima las dos cucharadas restantes de pepitas de chocolate. Hornear durante 25 minutos aproximadamente, o hasta que al introducir un pinchito en los muffins este salga limpio.
Sacar del horno y dejar reposar 10 minutos en una rejilla fría dentro de los moldes. Después, sacar los muffins de los moldes y dejarlos enfríar en otra rejilla o superficie fría. Dejarlos a temperatura ambiente y, pasado un día, pueden guardarse en el frigorífico en un táper.
Están realmente deliciosos. Quedan esponjosos, incluso un poco cremosos por dentro. Hasta a mi marido, que no suele ser muy partidario de estas "versiones", le gustaron mucho. Probadlos porque ya veis lo fáciles y rápidos que son de hacer, y además son una buena fuente de fibra y proteínas gracias a los garbanzos, y también de grasas buenas y vitamina E gracias a la crema de cacahuete.
Fuente: este post proviene de Fitness & Chicness, donde puedes consultar el contenido original.
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