Sidarta Gautama, más conocido como Buda Gautama, Sakiamuni, o simplemente el Buda, fue un sabio en cuyas enseñanzas se fundó el Budismo.
Buda, el "iluminado", comprendió el sufrimiento humano y desarrolló a lo largo de su vida la benevolencia y la compasión.
Cuenta su historia que entre sus primosse encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro y empeñado en desacreditarlo e incluso dispuesto a matarlo.
Cierto día que el Buda estaba paseando tranquilamente, Devadatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo, la roca sólo cayó al lado del Buda y Devadatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido pero permaneció impasible, sin perder la sonrisa de los labios.
Dias después, el Buda se encontró con su primo y lo saludó afectuosamente; éste muy sorprendido le preguntó: ¿No estás enfadado, señor?...a lo que le contestó Buda: No, claro que no.
Sin salir de su asombro, le inquirió: ¿Por qué no estás enfadado conmigo después de lo que te hice?. Y Buda le respondió:
Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando me fue arrojada.
Hace mucho tiempo que leí una frase que se quedó grabada en mi mente, dice así:el rencor es un veneno que te tomas tu esperando que dañe a otro.
Cuando las personas no se comportan según lo esperado, cuando nos decepcionan, cuando nos hacen daño, es normal que nos sintamos mal, por el dolor sufrido y que éste sentimiento se convierta en rencor.
Pero si se prolonga excesivamente en el tiempo empieza a ser un problema llamado resentimiento, que aún siendo difícil de superar en gran medida, hay que intentarlo y disfrutar del poder liberador que tiene el dejarlo ir.
Olvidar es liberarse y perdonar aún lo es más?.aunque no se olvide, el rencor malgasta energía, pensamientos y tiempo. Ese tiempo y ésa energía que podemos dedicar a momentos más provechosos, vivir el presente, mirar al futuro, procurando ser felices, compartir y disfrutar, llenar la vida incluso de pequeños momentos que nos llenen de felicidad.
Aunque hay quien afirma que la verdadera felicidad incluye dolor, tristeza y orgullo, es aprender a vivir con lo que nos rodea, con lo que tenemos y disfrutar de ello, sobre todo en la época que se avecina: La Navidad.
Navidad es la época perfecta para reinventarse, olvidar rencores y regalar felicidad. Felicidad que no necesita papel de regalo, ni sacrificios económicos, pero sí actitud, coraje, pasión y decisión sobre todo para olvidar lo malo, lo negativo?.
Y aunque hoy les propongo hacer un pastel que es un auténtico pecado, propia para regalar a los comensales, deliciosa, fácil de hacer, dulce, que invita a alegrar la mesa en éstas fechas que se avecinan, ideal para un día de fiesta y sacar una sonrisa, reunirse y olvidar duros momentos ?.. aunque la tarta es de las que no se olvidan.
Tomen nota y no olviden como hacerla. Yo seguí la receta de una gran bloguera Fabrisa (En éste enlace irán a su cocina) ?.
¿Como la hice?
Ingredientes:
Para la base:
200 gr.de galletas tipo Maria dorada, 75 gr.de mantequilla.
Para la primera capa:
Media tableta de chocolate negro, un bote de nata (crema de leche) especial para cocinar (200 ml. usé la marca Asturiana), 200 ml de leche, 100 gr. de azúcar y dos sobres de cuajada (suelo usar de la marca Royal).
Para la segunda capa:
3/4 tableta de turrón blando (poco más de media tableta), un bote de nata (crema de leche) (200 ml., igualmente usé Asturiana), 200 ml.de leche, 100 gr.de azúcar y dos sobres de cuajada.
Para la decoración:
Seis almendras, una hoja de árbol (usé de un árbol de plátano de India), cinco pastillas de chocolate negro, dos cucharadas de aceite de oliva, unas cuantas almendras, un trozo de chocolate blanco y un cuenco con agua muy fría.
Los pasos a seguir:
Machacar las galletas y mezclarlas con la mantequilla derretida de forma que quede una masa homogénea.
Forrar la base de un molde de unos 20 cmts. aproximadamente, con papel especial para hornear y engrasar los bordes untándolos con mantequilla.
Echar la masa de galletas en el interior del molde de forma que quede compacto e introducirlo en el frigorífico.
Mientras se enfría preparar la primera capa:
En un cazo echar la leche, la nata (crema de leche), el azúcar y el chocolate.
A fuego lento, calentar todo el conjunto, removiendo de forma que queden bien integrados y se disuelva el chocolate.
Una vez haya hervido, añadir los dos sobres de cuajada (mirar las instrucciones del fabricante), remover bien y mantener la cocción durante uno o dos minutos sin parar de remover.
Retirar del fuego y echarlo en el molde. Dejar que se enfríe a temperatura ambiente unos minutos y volverlo a meter en el frigorífico a fin de que cuaje.
Mientras preparar la segunda capa:
En el vaso de la batidora echar el turrón desmenuzado, la leche, el azúcar y la nata (crema de leche), batiendo hasta que todos los ingredientes estén bien disueltos.
Echar el liquido resultante en un cazo y a fuego lento, removiendo llevar a ebullición.
En ése momento añadir los dos sobres de cuajada, remover bien durante un minuto (seguir las instrucciones del fabricante de la cuajada), retirar del fuego y dejar enfriar un minuto a temperatura ambiente.
Sacar el molde del frigorífico, comprobar que la primera capa haya cuajado y si es así, suavemente agregar la segunda capa.
Dejar enfriar unos minutos y volver a meter la tarta en el frigorífico para que cuaje.
Mientras preparé la decoración:
La hoja de chocolate:
Intenté seguir los pasos de Fabrisa, pero, soy sincera, he de reconocer que tras varios intentos, resultaron fallidos, bien por mi inexperiencia o por mi falta de paciencia.
Sí que tengo la suerte de vivir rodeada de jardines, parques e incluso en mi porche y en mi patio suelo encontrar hojas de plataneros. Unos días antes lavé y las sequé bien entre dos hojas de papel de cocina y las guardé, de hecho las uso incluso como molde para decorar bizcochos con azúcar glas, quedando la forma de la hoja sobre ellos (queda precioso).
Pero que conste que intenté hacerlo, tal y como ella explica en su blog, sólo que yo fundí en chocolate al baño maria y no en el microondas. Ella lo explica así:
" Fundí el chocolate en el microondas (ya sabéis en tramos de 45 seg. y revolver comprobar, así no se os quemará). Puse las hojas con la parte interior hacia arriba, así los nervios de las hojas (pensé) quedarían fijados en el chocolate, como así fue y pinté con un pincel mojado en chocolate todas las hojas. Al cabo de una hora y cuando el chocolate estaba seco, procedí a darle la segunda capa y las dejé así toda la noche.
Retiré con muuuuchísimo cuidado las hojas verdaderas de lo que terminaron siendo las hojas de chocolate, ayudándome en algún momento de un cuchillo de hoja muy fina para despegar los extremos y os diré que tuve mucha suerte porque no se me rompió ninguna, aunque hice 4 pensando utilizar 3 y previendo que se me rompiera alguna, no ocurrió así, mejor, la cuarta nos la comimos ".
La mia pués, como habran podido entender es sólo de decoración, una hoja cubierta de chocolate que lógicamente derretí como indiqué al baño maria y pinté con una brocha, en dos capas, una primera que dejé secar, dándole posteriormente una segunda ?.pero ya puetos, se le puede dar algún que otro lametón?.
Las almendras:
En una sartén con un poco de aceite tostar las almendras, secarlas bien y pintarlas con el chocolate derretido, al igual que las hojas, dejándolas secar.
El chocolate blanco:
Ví en tv., como derretía un maestro chocolatero, el chocolate, lo introducía en un cucurucho de papel de hornear, cortaba la puntita y dejaba caer hilos en un cuenco con agua fría?consiguiendo unos nidos realmente preciosos?.Los sacaba del agua, los dejaba sobre papel de cocina y reservaba para decoración.
Mi prueba, con poco chocolate, inexperiencia y lo dicho?.impaciencia, consiguieron éste resultado.
Resultado:
Al dia siguiente, montar la tarta, desmoldando con sumo cuidado, retirando el papel de la base y colocándola en el plato.
Clavar la hoja de chocolate en la tarta, alrededor ir colocando el chocolate blanco y las almendras chocolateadas?.
Ahora sí...¿apetece un trocito?
¡¡ Ya va entrando los aromas navideños en Mi cocina !!
Con ésta entrada, es mi deseo abrir mis brazos a aquellas personas con las que me he reencontrado en los últimos meses. Quienes me conocen realmente, de verdad, saben que mi cariño, mi amistad?.siempre estuvo y estará ahí; mi corazón no puede ni quiere guardar rencor?
La vida es demasiado corta para pasarla resentido.