Este tallo de extraña apariencia procedente del extremo Oriente es en definitiva una de las plantas más versátiles que se encuentran con facilidad a nuestro alrededor.
Sus bondades son ampliamente conocidas en el tratamiento de las gripes, la artritis, la flatulencia, la dispepsia, las nauseas acaecidas durante el embarazo y la quimioterapia, la gastritis provocada por el alcohol y algunas enfermedades cardiovasculares, entre otras, ya que previene la formación de trombos y por lo tanto ayuda a la circulación.
Es recomendable su consumo en bebidas y te, acompañado de miel de abeja o algunas hierbas al gusto que puedan cambiarle un poco el sabor a quienes no lo disfrutan. De todas formas su uso en la cocina es cada vez más amplio, pues ha resultado ser también un delicioso condimento.
¡Ah! Y si por mala suerte te has quemado, poner trozos de jengibre sobre la piel afectada ayudará a refrescar y dará alivio al dolor.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado: