Hace cosa de dos años que compre un bloque de sal rosa del Tíbet para realizar asados, pero, a pesar de ser bastante caro (la sal es barata), se quedó dando vueltas por los armarios de la cocina y hoy se me ha ocurrido utilizarlo para consumir un secreto de cerdo que tenía en el congelador.
Ingredientes (2 personas):
1 secreto de cerdo
1 ladrillo de sal rosa del Tíbet para asar
Aceite de oliva
Preparación:
Cocinar esta receta es espectacular y además en ella el que menos trabaja es el cocinero.
Necesitaremos una plancha eléctrica (o como en mi caso una plancha a la piedra), y colocaremos está en la mesa donde comeremos.
Sobre la plancha colocamos el ladrillo de sal.
Cortamos a trozos el secreto y los colocamos en un plato, sin sazonar.
Se rocía la sal con un chorrito de aceite, y cada comensal, con ayuda de unas pinzas o sutenedor se va cocinando su trocito de carne al punto de su gusto, agregándole aceite, si lo considera necesario.