Tes leches

Tres Leches Saludable

Nada mejor para disfrutar del fin de semana que un buen bizcochito, ¿te hace la idea?

Al preparar la leche condensada sin azúcar, no podía faltar un postre que va de la mano con este ingrediente como el bizcocho tres leches. Este bizcocho es muy popular en América Latina y, si no lo has probado, ¡no sé a que esperas para irte a la cocina! Está extremadamente jugosito y es perfecto para alegrar una sobremesa o cualquier momento del día.

El nombre del postre viene dado porque el bizcocho se empapa en tres tipos de leches diferentes: leche condensada, leche evaporada y nata (crema de leche). En mi caso, no me quedaba ni gota de leche evaporada, ya que la utilicé para hacer el banana cheesecake que te publiqué el otro día (tienes aquí la receta), así que la sustituí por leche normal. Si buscas una opción más baja en calorías, puedes sustituir la nata (crema de leche) por leche o utilizar una nata (crema de leche) más ligera.

Si ya tienes la leche condensada que os compartí preparada del día anterior, notarás que en la nevera se solidifica bastante, simplemente tienes que separar la cantidad que quieras y calentarla unos segundos en el microondas para que vuelva a recuperar su textura cremosa e irresistible.

¿Nos ponemos en marcha?

Ingredientes:

Para un molde de 15 cm.

Para el bizcocho:

120 gr. de harina de avena

30 gr. de harina de almendra (o más harina de avena)

100 gr. de leche/bebida vegetal

40 gr. de eritritol

10 gr. de levadura química

2 huevos XL

1 cucharada sopera de aceite de coco / oliva

1 cucharadita de postre de aroma de vainilla

Para el baño:

230 gr. de leche condensada sin azúcar (tienes aquí la receta que publiqué y causa adicción, aviso jeje)

230 gr. de leche o bebida vegetal (yo utilicé leche entera para potenciar el sabor de la leche)

60 gr. de nata (crema de leche)

Opcional: Fresas para decorar

Proteína para hacer efecto azúcar glass (yo usé la proteína de soja sabor crema de fresas de MyProtein)

Procedimiento:

Como en todos los bizcochos, primero mezclamos en un bol las dos harinas junto con la levadura química.

Precalentamos el horno a 180ºC arriba y abajo.

En otro bol, batimos los huevos con el eritritol hasta que la mezcla quede con un tono amarillo blanquecino, así el bizcocho queda bastante más esponjoso.

A esta última mezcla, añadimos la leche, el aceite y el aroma de vainilla.

Cuando tengamos esto bien mezclado, incorporamos los ingredientes húmedos a los secos que habíamos reservado al principio y movemos bien hasta tener una masa sin grumos. Si ves que aún queda algún grumito, añade un chorritín más de leche hasta que se deshagan.

Una vez tengamos la mezcla, vertemos en un molde de silicona o un molde previamente pintado con aceite o mantequilla para evitar que se pegue.

Ponlo en el horno a una altura media durante unos 25 minutos o hasta que al pinchar con un palillo o cuchillo, la punta salga limpia.

Mientras el bizcocho aún está caliente, pínchalo con un tenedor o cuchillo hasta el fondo por toda la superficie. Ten en cuenta que cuantos más agujeros hagas, mejor penetrará el líquido y será más fácil que nos quede súper jugoso por todas partes.

Mezcla las tres leches en un bol y, cuando hayas agujereado el bizcocho (en el mismo molde), vierte la mezcla de las leches y deja que se atempere. Una vez que haya perdido el calor del horno, puedes tapar con film transparente y guardar en la nevera unas 4 horas o durante la noche para que el bizcocho tenga tiempo de absorber todo el líquido bien.

Aunque sé que es complicado resistirse a la tentación, este bizcocho estará mejor cuanto más tiempo lo mantengamos en la nevera, ya que así se hidratará por completo.

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