Por fin llegó el verano y aunque no terminemos de creerlo nos ha traído el buen tiempo. Da gusto levantarse y ver los días luminosos y el cielo completamente azul, sin apenas nubes.
¡Cómo lo habíamos echado de menos!
Esto me ha hecho buscar recetas de helados y ya tengo varias ideas que en breve pondré en práctica pero como no podemos empezar la casa por el tejado, antes de hacer el helado vamos a preparar un ingrediente que si bien no es imprescindible sí que es necesario.
Se trata del azúcar invertido. Es un preparado que se utiliza en la realización de panes y bollería porque ayuda a que se mantengan más tiempo tiernos. Y también en los helados porque se logra una cremosidad que los hace mucho más apetecibles, evitando que se cristalicen.
Las proporciones en las que se utiliza son las siguientes:
– En los helados se utiliza un 30% de la cantidad de azúcar que lleve la receta.
Es decir, si necesitamos 100 grs. de azúcar utilizaremos 70 grs. de azúcar + 30 grs de azúcar invertido.
– En bolleria y bizcochos la proporción a sustituir será del 20%. De cada 100 grs. de azúcar que pida la receta, usaremos 80 grs. de azúcar + 20 grs de azúcar invertido.
– En panes y brioches la proporción a sustituir será del 50%. Si en la receta nos piden 100 grs de azúcar utilizaremos 50 grs de azúcar +50 grs de azúcar invertido.
Ya nos falta menos para disfrutar de buenos helados caseros.
¡¡¡ Nos ponemos el delantal !!!
Ingredientes:
– 150 ml. de agua mineral
– 350 grs. de azúcar
– Gasificante. La marca Hacendado de Mercadona lo vende en cajitas que ya viene preparado con dos sobrecitos unidos. El de color blanco contiene ácido tartárico y el morado bicarbonato.
*Si no tienes a mano estos sobrecitos puedes sustituirlo por:
2 grs. de bicarbonato + 2 grs. de crémor tártaro.
*Si no consigues el crémor tártaro puedes hacer la siguiente combinación:
2 grs. de bicarbonato + 5 grs. de zumo de limón.
En otras recetas cuando sustituímos crémor tártaro por limón doblamos la cantidad pero para el azúcar invertido necesitamos un poco más.
Elaboración:
En un cazo ponemos el azúcar, el agua y el crémor tártaro y lo llevamos al fuego.
Removemos un poco hasta que se disuelvan los sólidos en el agua y esperamos a que llegue a ebullición.
Retiramos del fuego y esperamos a que baje la temperatura hasta que esté caliente pero no nos quememos al tocar el cazo. Entonces, vertemos el bicarbonato
y mezclamos con la varilla. Va a formarse mucha espuma pero no importa, cuando enfríe desparecerá.
En un tarro de cristal bien esterilizado, marcamos con una etiqueta o con un rotulador permanente directamente en el cristal, la fecha de envasado. Este paso lo hacemos porque caduca en seis meses. Lo guardaremos en un lugar oscuro. No es necesario guardar en la nevera.
Ya podemos empezar a hacer helados como si no hubiese un mañana.
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