10 lecciones de Masterchef Junior
1. La cocina es una adicción muy saludable, un entretenimiento que puede llenar tus días de un sabor muy agradable.
2. La felicidad de preparar una deliciosa receta es un regalo que puedes hacer a otras personas. Es decir, es un buen placer sentirte anfitrión de una comida familiar, por ejemplo.
3. Como recuerda Eva González en cada gala de MasterChef Junior, a través de la cocina puedes poner sabor a la vida. Y es que, es muy saludable compensar la amargura de ciertos momentos con la dulzura de otros momentos.
4. La cocina también une a las familias, puesto que es bonito que las recetas vayan pasando de generación en generación, hasta el punto de que los más jóvenes puedan actualizar los platos con un toque nuevo.
5. Los mejores platos no son los más caros. Solo hace falta creatividad e ingredientes de calidad para crear buenos menús. Pero los chicos de MasterChef Junior también muestran con su ejemplo cómo tan importante como la receta en sí misma es el emplatado del producto. Es decir, su presentación.
6. Es posible trabajar en equipo en la cocina. Es decir, también es positivo aprender a delegar en otras personas. Esto es lo que han hecho los concursantes de MasterChef Junior en muchas pruebas de equipo.
7. Aprender a cocinar es una inversión en salud puesto que cuanto más sano te alimentas, mejor te sientes. Además, el ahorro en la cesta de la compra también es un buen aprendizaje de coaching financiero.
8. La especialización en la cocina también es una experiencia personal. ¿Cuál es tu plato estrella? ¿Esa receta que tanto te gusta?
9. Cualquier edad es buena para aprender a preparar nuevos platos. Incluso, en la niñez, puedes experimentar el agradable placer de descubrir nuevas técnicas.
10. Cualquier cocinero pone en práctica el amor propio de superarse a sí mismo al dar lo mejor de sí mismo entre los fogones.
Sin duda, los concursantes de MasterChef Junior son un ejemplo de superación personal, fuerza de voluntad, amor por la cocina y ganas de crecer en un espacio gastronómico que es la proyección del vivir. Muchas veces, somos nosotros mismos los que nos ponemos límites y gracias a programas de este tipo, podemos comprobar con el ejemplo ajeno cómo a través del aprendizaje es posible preparar muy buenas recetas.
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