Haciendo honor al nombre de este blog, hemos horneado galletas. Esta vez se trata de una receta algo distinta, por la textura de la masa y el resultado final, se trata de unas brownie crinkle cookies, una mezcla entre galletas de chocolate, brownie jugoso y crinkles por el aspecto craquelado superficial. Este todo en uno es un top dentro de las galletas de chocolate.
El cardamomo que añadimos a sus ingredientes le da un toque inconfundible y la sal con la que coronaremos la superficie de las galletas, justo antes del horneado, aporta un plus de sabor al ya super presente chocolate. En resumen, toda una delicia especial para los muy chocolateros.
Brownie crinkle cookies
Receta de Brownie crinkle cookies, galletas de chocolate tipo brownie, esponjosas, intensas y muy sabrosas
200 g Chocolate 70% cacao
125 g Mantequilla
225 g Azúcar
2 ud Huevos
130 g Harina
22 g Cacao sin azúcar
1 cdita Levadura
1/4 cdita Semillas cardamomo trituradas
1/2 cdita Sal fina (Para la masa)
1 pizca Sal gruesa (Para la superficie)
En un bol añadimos la harina, el cacao, las semillas de cardamomo machacadas, la levadura y la sal fina. Con unas varillas mezclamos bien y reservamos
Derretimos el chocolate con la mantequilla a baño maría y dejamos que repose 10 minutos para que se temple la mezcla antes de combinarla con el resto de ingredientes.
Batimos los huevos con el azúcar durante 5 minutos. Queremos conseguir una mezcla blanquecina y muy espumosa.
Añadimos el chocolate ya templado a los huevo batidos con azúcar. Incorporamos con una varilla sin batir en exceso.
Añadimos la mezcla de harina e integramos delicadamente.
Con una cuchara dispensadora de helado (así lo he hecho yo) o con una cuchara, colocamos pequeñas porciones sobre un papel vegetal en la bandeja de horno. Debemos separar las porciones unos 5 cm entre sí, crecerán bastante. Espolvoreamos con una pizca de sal gruesa sobre cada porción.
Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo y opción ventilador. Horneamos Las galletas durante 12 minutos y retiramos del horno. Con una espumadera y delicadamente, están muy blanditas, trasladamos las galletas a una rejilla donde las dejaremos enfriar durante unos minutos.
Al enfriarse, las galletas se endurecerán ligeramente.