Crema de calabacín Receta de la Abuela

Receta de Crema de calabacín Receta de la Abuela de larecetadelaabuela.com
La crema de calabacín es un plato económico y sencillo, además de muy nutritivo y sabroso, en el que distinguiremos una paleta de sabores sorprendentemente deliciosa.

Cuidar nuestra salud cardiovascular debería ser prioritario a cualquier edad, y si existe una manera de preservarla es, sobre todo, a través de la alimentación, y sin duda esta crema contribuirá a una alimentación saludable gracias a su contenido en verduras.

Posiblemente, en nuestro inconsciente relacionemos las cremas con estados delicados de salud, con el menú de hospitales y geriátricos, pero nada más lejos de la realidad.

Como el propio nombre nos sugiere, se trata, efectivamente, de una cucurbitácea, fruto de una modificación de la calabaza confitera, de la que al mismo tiempo derivó la calabaza común.

Pese a que se da manera espontánea en México y los desiertos de Texas, en Alemania y Centro Europa, su consumo es mucho más tardío, al finalizar la Segunda Guerra Mundial. En España, algunos escritos atestiguan que era utilizada por los árabes, lo mismo que ocurría en el resto de países mediterráneos.

Volviendo a sus cualidades nutricionales, resulta ideal para dietas hipocalóricas, es decir, en las que se pretende bajar de peso, pues tiene un alto contenido en agua y es bajo en calorías.

Entre los valores nutricionales del calabacín, encontramos que nos aporta fibra, proteínas, folatos y un torrente de vitaminas A, B y C. En cuanto a su contenido en minerales, tampoco se queda atrás, con una cantidad nada desdeñable de potasio, magnesio, sodio, calcio y hierro, aunque este último en menor cantidad.

Aparte de sus propiedades nutricionales, se trata de un alimento muy versatil en muchas recetas y no solo está presente como protagonista principal en la crema de calabacín.

Por ejemplo, forma parte indisoluble de deliciosas recetas como los calabacines rellenos o la lasaña de calabacín. Últimamente, se han puesto muy de moda las flores de calabacín fritas que suelen gustar mucho a los niños.

Cómo hacer crema de calabacín de la abuela



Cuando acudimos al supermercado, encontramos básicamente dos variedades: el calabacín verde, que se encuentra disponible durante toda la temporada, y el calabacín blanco, indudablemente más rico, dulce y sofisticado.

Siempre que podamos elegir, os recomiendo mucho que elijáis este último.

Respecto a la receta, partiremos de un caldo de verduras, el cual sin duda potenciará el sabor de la crema y aportará mayor valor nutricional.

Voy explicar en detalle el paso a paso de este deliciosa y saludable receta.

Ingredientes:


Calabacín blanco 2 unidades

Cebolla 1/2 unidad

Nata (crema de leche) líquida para cocinar 125 ml.

Manzanilla 1 vaso

Pimienta negra

Nuez moscada

Zanahoria (caldo) 1 unidad

Puerro (caldo) 1 unidad

Apio (caldo) 1 ramillete

Pimiento verde italiano (caldo) 1 unidad

Mantequilla (caldo) 1 nuez

Nabo (caldo) 1 unidad

Agua mineral (caldo) 1 l.

Sal

Elaboración:



El caldo de verduras que vamos a hacer, puede sustituirse perfectamente por otro caldo ligero, que no enmascare el sabor del calabacín, por ejemplo, un caldo de pollo. Otra opción, si no tuviéramos tiempo o ganas de complicarnos tanto, es sustituir el caldo, simplemente, por agua mineral. No obstante, el resultado final no será tan sorprendente. PAra preparar el caldo de verduras vamos a empezar colocando una cacerola a fuego medio con una nuez de mantequilla.

Añadiremos, aparte, un chorrito de aceite de oliva virgen extra, lo que impedirá que la mantequilla se queme. Entretanto, pelaremos la zanahoria y el nabo, asimismo, eliminaremos las hojas del puerro y despepitaremos el pimiento. A continuación, cortaremos todas las hortalizas en trozos bastos, ya que posteriormente se desecharán luego de que transmitan todo su sabor al agua.

Las rehogaremos bien hasta que tornen en un color ligeramente tostado, tras lo cual, verteremos el agua mineral y sazonaremos. Con la tapa quitada, llevaremos a ebullición, y bajaremos el fuego a medio - bajo, dejándolo cocer durante al menos 45 minutos. Transcurrido el tiempo, pasaremos el caldo por un colador o chino, y lo reservaremos. Probaremos de sal antes de apagarlo.

Lavaremos y pelaremos los calabacines, usando para ello unos guantes, especialmente si no están muy maduros, lo que podría llegar a producirnos manos de squash, debido a la cantidad de resina bajo su piel. Cortaremos transversalmente, y eliminaremos la parte blanda, o sea, el corazón, donde se alojan las semillas, sin embargo, esto no resulta totalmente imprescindible.

En una rustidera, agregaremos un fino chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio, seguido del calabacín cortado en dados y la cebolla en mirepoix, dejando que suden adecuadamente con la tapa puesta, hasta evaporar el exceso de humedad de la fruta. Es conveniente que quede bien reblandecido, o de otro modo, si nuestro túrmix no tiene fuerza suficiente, quedarían trozos duros.

Seguidamente, incorporaremos el caldo, el vaso de manzanilla y la nata (crema de leche) líquida, amén de una pizca de nuez moscada. Subiremos el fuego al máximo, hirviéndolo al menos 7 minutos, o hasta que haya evaporado lo suficiente. Nuevamente, comprobaremos el punto de sal y pimienta, corrigiéndolo de ser necesario. Para finalizar, introduciremos el túrmix y batiremos hasta homogeneizar la mezcla.

La textura dependerá básicamente de lo blando que hayamos dejado el calabacín, pero sobre todo de los W de nuestro túrmix o robot de cocina. A más potencia, obtendremos una textura más fina y sedosa. Para mejorarla, siempre podemos recurrir al pasapurés o el chino, que atrapará los hollejos, eso sí, estaríamos desperdiciando buena parte de la fibra en pro de la textura. ¡Eso ya es cosa nuestra!

Como sugerencia de presentación, os propongo coronarlo con unas hojas de albahaca. También queda muy presentable, añadirle un chorrito de aceite de oliva virgen extra con un biberón, e incluso un fruto seco, como las nueces o un queso de cierta intensidad. Las virutas de jamón, o el huevo poché, son otros habituales de la crema de calabacín. Se conservará hasta por 5 días en la nevera.

¡Qué aproveche!

Puedes ver la receta así como otras muchas recetas tradicionales caseras en la web de La Receta de la Abuela.

Fuente: este post proviene de La Receta de la Abuela, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Hoy os traigo una receta típica de mi tierra, Córdoba, que mi abuela me hacía desde niña: gachas dulces de la abuela. Pero antes de explicar el paso a paso de la receta de gachas dulces cordobesas, p ...

Es posible que muchos de vosotros no hayáis oído hablar nunca de la berza jerezana, un tipo de cocido que se extiende a las provincias de Cádiz y Málaga, materializándose en más de una docena de plato ...

Hoy vamos a ver cómo hacer un auténtico parmentier de patata tradicional y realmente delicioso. Pero como siempre, antes de ir con la receta paso a paso del parmentier de patata, permitidme que os cu ...

Recomendamos