Seguimos con la colección de fotografías sin flash, que las pobres han quedado más negras que el café.
En este caso os pongo una receta de arroz con acelgas que nacieron silvestres en el huerto, pero no veáis que pedazo mata de acelgas salió.
Aunque la verdura, y las acelgas en especial, no son justamente unos ingredientes que valoren mi paladar precisamente, hay que buscarse maneras para que la verdura sea más atractiva al paladar, puesto que no se puede vivir solo comiendo carne.
Ingredientes (2 personas):
Arroz (2 puñaditos)
¼ kg acelgas (podéis hacer de más y ya las tendréis cocidas)
2 huevos
Queso rallado
Sal
Preparación:
Ponemos una cazuela con agua y sal, cuando hierva, añadir el arroz hasta que este tierno.
Mientras lavaremos muy bien, hoja por hoja, las acelgas, puesto que suelen estar llenas de tierra y bichitos.
Mientras, en otra cazuela, colocamos agua con sal y las hojas enteras de las acelgas, sin cortarlas, manteniendo las hojas enteras, que las pencas las reservaremos para otra receta, si alguna es muy grande se puede cortar, pero yo las prefiero enteras y después de cocidas cortarlas a mi gusto.
Cuando el arroz esté listo, lo colocamos en un escurridor.
Cuando las acelgas tengan las pencas tiernas, también las retiramos del fuego y esperamos a que se enfríen, recortaremos con un cuchillo pequeño con punta, las pencas que reservaremos para otra receta.
Troceamos las hojas de las acelgas a nuestro gusto.
En sendas cazuelitas de barro, colocamos el arroz en forma corona, dejando el centro vacio.
En el fondo de ese centro vacío colocaremos las acelgas, sin poner demasiada cantidad.
Sobre las acelgas colocaremos un huevo crudo que cubriremos con el queso rallado.
Gratinaremos hasta que se cuaje la clara, (unos 15 minutos) con cuidado de que la yema no se nos cuaje para poder mojar sopitas en ella.
Que os salga rico.
Nota: las pencas podéis cortarlas al tamaño que os apetezca, pasarlas por harina, huevo y freírlas, os quedara un estupendo acompañamiento para carnes o pescados.