La salsa bechamel es una de las más empleadas en la cocina. Elaborada con una base de harina y mantequilla, terminamos de darle forma con leche. Aunque se pueden hacer distintos tipos de salsa bechamel según su espesor para darle un uso u otro, en este post vamos a hablar de la salsa bechamel que se usa para cubrir alimentos, como carnes, pescados, o para gratinar.
En estos casos, y si queremos dar un toque especial a la salsa bechamel, podemos saborizarla, agregándole otro alimento o el jugo de alguna fruta, obteniendo una bechamel diferente también en aroma y, en algunos casos, en color.
En este vídeo, te mostramos cómo hacer una salsa bechamel de ajo para después gratinarla junto a bacalao y unas berenjenas.
También al bacalao le podemos aportar un contraste de sabor con una bechamel de setas, idea de Salvadorh.
El pescado queda muy bien con una bechamel con un toque de sabor a mar, por ejemplo, como nos muestra Sernur en su receta de merluza que adereza con bechamel de mejillones.
Iratxed, por su parte, va más allá y compartió hace tiempo con nosotros una receta de rape con gambas en bechamel elaborada con su propio caldo.
Para las lasañas o para rellenar hojaldres, por ejemplo, es mejor que el sabor de la bechamel sea más suave. Una idea puede ser, como compartió Tafmai, hacer una bechamel de calabacín.
Finalmente, una de las más sorprendentes nos enseñó a prepararla Lolyn para aderezar unos solomillos: bechamel de cerveza.
¿Qué otra bechamel con color, sabor y/o aroma sabes preparar?
Primera imagen: EverJean/Flickr