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En el mantenimiento de los alimentos estos dos términos son los que se utilizan para orientarnos sobre el tiempo en el que un determinado alimento sigue manteniendo sus condiciones no sólo de sabor, sino, de salubridad, pero, ¿sabemos a qué se refiere cada uno?
Podemos decir, a grandes rasgos, que el mantenimiento en la fecha de caducidad es una fecha más estricta y, por ello, se suele aplicar a alimentos cuyo consumo fuera de ese día indicado puede entrañar algún peligro para la salud, mientras que el consumo preferente es una simple recomendación que se da en alimentos que son perecederos a muy largo plazo, como agua envasada o pasta, y por tanto pueden comerse tras esa fecha sin que pueda entrañar peligro alguno para la salud (eso sí, siempre hay que observar si huelen bien y no tienen moho).
¿Y que determina el mantenimiento y la fecha de caducidad que se le pone un alimento? Los fabricantes y distribuidores, guiándose por las leyes pertinentes, estudian aspectos como la textura, aroma, sabor del alimento, así como los microorganismos infecciosos que puedan desarrollar y basándose en cómo serán conservados (estado de refrigeración, luz, etc.) determinan esa fecha, que se plasmará con las palabras ‘Fecha de caducidad' o ‘Consumir preferentemente antes de ‘, seguida de día, mes y año en alimentos que duren menos de 90 días; mes y año los que duren más de un año; y sólo el año en el caso de que sean alimentos de larga duración.
Sólo se ‘salvan' de ser marcados con fechas de consumo preferente y caducidad algunos ejemplos como el vino y bebidas alcohólicas de una gradación superior a 10, así como frutas y verduras frescas o los dulces que compramos en una confitería. Éstos últimos no se marcan porque es perceptible a simple vista cuándo ya no son aptos para ser consumidos y porque no llevan ningún envase donde pueda ponerse la marca.
¿Cuidas mucho en observar esas fechas de caducidad y consumo preferente? ¿Qué alimentos tomas después de caducados?