La comida española gana adeptos en todo el mundo. Y en nuestro país, cada vez con más frecuencia, probamos platos de gastronomías internacionales. De esta forma, poco a poco hemos ido descubriendo nuevos sabores que nos han cautivado. Si tienes un paladar ávido de nuevas experiencias y aún no te has decidido por la cocina alemana, es el momento de que te animes a disfrutar de sus productos. Desde los entrantes a los postres, te sorprenderá todo lo que puede ofrecerte.
Para descubrir los mejores sabores de esta gastronomía acudimos al Restaurante Edelweiss (Madrid), inaugurado en 1923 por cocineros alemanes, y donde la tradición en la elaboración de platos no se ha perdido a lo largo de estos 83 años de experiencia. Allí, nos explicaron desde cuáles son los ingredientes más utilizados, hasta qué cervezas o vinos son las mejores para regar los platos elegidos. Todo ello, sin dejar de elogiar las cualidades de la cocina germana y sobre todo las de su plato más representativo: el codillo.
Jorge Anaya, encargado del Restaurante Edelweiss, destaca que la cocina alemana "es abundante, llena el estómago y está muy bien elaborada". En un país donde las temperaturas son generalmente más bajas que las españolas, está claro que la alimentación debe cubrir un aporte calórico mayor, y por ello, sus platos son de gran consistencia.
Los ingredientes
Las bases de la cocina alemana son muy variadas, aunque, como en toda cultura gastronómica, predominan unas más que otras. En los platos principales, la estrella es la carne de cerdo con la que se elabora el codillo alemán. También se utiliza, aunque en menor medida, la ternera para preparar entrecot o solomillos. Además podemos degustar las famosas salchichas alemanas. Si preferimos tomar productos del mar, no hay problema, eso sí, los más consumidos son los arenques y la anguila.
Las verduras y hortalizas forman también parte de la dieta alemana. Suelen aparecer en ensaladas o bien como acompañamiento de los platos principales, como es el caso del chucrut, repollo agrio fermentado. Como guarnición también se suele servir pasta; knödel, albóndigas de patata; o speztles, pequeños fideos elaborados con una masa de harina y huevo.
Para picar
Antes de empezar con los platos principales podemos degustar algún que otro entrante. Preguntamos en Edelweiss y nos recomendaron una gran variedad de posibilidades entre las que destacan las ensaladas. Si nos decidimos por la de arenques, ésta irá acompañada por una crema elaborada con nata, mayonesa, pimienta y jugo de remolacha.
También es una buena opción la ensalada de morro, contiene: fiambre de jabalí, vinagre y cebolla; o la de patatas: con bacón y vinagre agridulce, una de las más famosas de la gastronomía alemana.
¿Qué comemos hoy?
La variedad en la carta alemana es enorme. Si acudes a un restaurante alemán y no sabes por qué decantarte, aquí te recomendamos los platos que no puedes dejar de probar.
El codillo alemán es, sin duda, el plato más degustado. Jorge Anaya afirma que "en Edelweiss el 80% de los platos que se cocinan" son de codillo. Se elabora con carne de cerdo cocida, acompañado por el chucrut y un suave puré de patata. Aunque en Alemania es común el uso de salsas, como la mostaza, el experto nos recomienda que se tome con el propio jugo del asado.
El codillo Edelweiss ha obtenido una gran fama a lo largo de los años. Cuentan sus cocineros que muchos turistas alemanes que lo han probado han quedado encantados con el sabor, llegando a afirmar que es mucho mejor que el original de su país. Anaya opina: "Debe ser por el agua de cocción, que es diferente".
Tampoco podemos quedarnos sin saborear las salchichas. Ante la gran variedad que existe, en este restaurante nos recomiendan cuatro tipos: la Francfort, se trata de la más común de todas; la Bockwurst; la blanca, elaborada con ternera muy condimentada; y la parrilla, de producción propia. Podemos acompañarlas con mostaza o bien con repollo y puré.
Otra de las especialidades es el Goudash con speztles: un guiso de ternera, similar al ragout, con una salsa de pimentón. Además estará acompañado de fideos elaborados con harina y huevo y cortados de forma tradicional en una máquina artesanal.
Uno de los sabores que más sorprenderá a nuestro paladar será, sin duda, el del Tartar. Se trata de un plato elaborado en su forma original con carne picada cruda, huevo, alcaparras y cebolla. Ante los ojos del cliente se terminará de preparar: le añadirán una maceración compuesta por salsa perrys, mostaza, vinagre, aceite de oliva, sal y pimienta; y estará listo para degustar.
¿Y de beber?
Todos estos manjares deben acompañarse de un buen vino o una refrescante cerveza. Aunque la tradición de bebidas de lúpulo supera a la fama de los vinos alemanes, existen entre ellos una reñida competencia. A pesar de todo, los vinos siguen siendo la estrella cuando de completar a la carne se trata, mientras que la cerveza acompaña el resto de platos. No obstante, esto no es una regla obligatoria, y cada uno puede elegir lo que más agrade a su paladar.
Existe gran variedad de bebidas fermentadas pero, en Edelweiss, Jorge Anaya nos recomienda principalmente dos: la Lowenbrau, y la Negra. En cuanto a los caldos, los idóneos para acompañar el codillo son "los de crianza, de La Rioja, o Navarra". También podemos probar el auténtico Liebfraumilch alemán.
Si aún nos queda hueco...
No podemos irnos sin tomar los postres. Lo más tradicional es la Apfel o tarta de manzana, que presenta un aspecto tan jugoso que es imposible resistirse a probar una porción aunque hayamos llenado nuestro estómago. Otra de las especialidades que nos ofrece este restaurante es la tarta de queso con arándanos, un dulce sabor que pondrá el broche de oro a una comida repleta de nuevas experiencias.
Si este reportaje te ha hecho la boca agua no tienes más que lanzarte y probar la cocina alemana. Si, por el contrario, ya has saboreado los gustos alemanes puedes probar nuevas recetas y combinaciones. Los ingredientes están al alcance de tu mano, así que, animate a cocinar estos platos en tu propia casa.