La cocina madrileña empieza a crearse a partir del siglo XVIII gracias al título de capital de España otorgado por el monarca Felipe II. Esta designación dio pie a la emigración desde todas las comarcas españolas hacia la nueva capital, y cada emigrante trajo consigo las costumbres gastronómicas de su lugar de origen. Por ello, Madrid es la capital europea que más ha absorbido las cocinas regionales de su país, que completaron una tradición culinaria deudora de las costumbres hispanorromanas y de los años de ocupación árabe. El resultado de este Crisol es una cocina variadísima y a la vez particular, ya que de Madrid son propios platos como el Cocido o los Callos.
Come lo que quieras
Es la mayor ciudad de España y por lo tanto posee una gran oferta de restaurantes de todos los estilos, pero si quiere degustar la auténtica cocina madrileña apunte estos platos. Tomar un Bocadillo de Calamares en la Plaza Mayor es una costumbre muy habitual entre los madrileños. Alrededor de la plaza hay varios restaurantes y puestos especializados en este barato y sabroso bocata.En Madrid se prepara un Cocido único, conocido como Cocido Madrileño, preparado con garbanzos, hortalizas varias, chorizo y elementos de cerdo y cordero. Otro guiso muy conocido son los Callos a la Madrileña, elaborados con tripa de vaca. Dignos de mención son La Tortilla de patata, la Sopa de ajo y otros platos preparados con cordero o ternera, sin olvidar las verduras y frescas hortalizas, entre las que destacan los Espárragos de Aranjuez.
Aunque resulte paradójico, ya que Madrid no tiene costa, en el recetario de la capital no faltan los pescados, exquisitos y de gran calidad. De hecho, la ciudad alberga el segundo mercado central de pescado del mundo, tras el de Tokio. El Besugo a la madrileña es uno de los platos más antiguos, por no mencionar la gran variedad de especialidades que se preparan con Bacalao: soldaditos de Pavía, buñuelos, croquetas, etc.
No hay nada más madrileño que tomar unas cañas con tapas en los múltiples establecimientos para tapear que existen en el centro de la ciudad. El Madrid de los Austrias, la Latina, las inmediaciones de la Puerta del Sol, Chamberí o Conde Duque son algunas de las zonas con mayor cantidad de bares y tabernas para tomar una ración o tapa de boquerones en vinagre, callos, chopitos, oreja, o las típicas patatas bravas. La variedad es enorme.
Vino Denominación de Origen
Para regar un excelente menú, elegiremos los caldos de una reciente Denominación de Origen: 'Vinos de Madrid', procedentes de Arganda del Rey, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias.Y aún más castizo será terminar la comida con un anisado de Chinchón.Madrid cuenta con una larga tradición repostera, procedente tanto del trabajo de las numerosas confiterías como de los platos populares. La mayoría de las especialidades se degustan coincidiendo con las festividades religiosas: los Huesos de Santo, las Torrijas, los Buñuelos, las Rosquillas de la tía Javiera, los Panecillos de San Antón, las Rosquillas Tontas o las Tejas de San Isidro. Y cómo olvidarse de los típicos Barquillos o de las Violetas, unos caramelos deliciosos con un sabor único vendidos habitualmente en puestos callejeros.
En definitiva, Madrid ofrece una Gastronomía propia, enriquecida por las influencias de todos los pueblos de España y generosa en sabor. Está disponible para todos aquellos que van más allá de las seducciones culinarias propias de toda gran ciudad y deciden probar el genuino sabor del recetario castizo. La gastronomía, una vez más, sirve como medio para conocer las costumbres y modos de vida del lugar elegido.
Recetas
Callos a la madrileña
Cocido madrileño
Soldaditos de Pavía
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