Por regla general, cuando acudimos a la compra de naranjas, suelen encontrarse junto a las mandarinas, muy parecidas a la naranja, pero de menor tamaño, con un sabor más aromático y una piel más facil de quitar, pero lo que desconocemos es que con la gran variedad de naranjas podemos elegir unas u otras dependiendo si vamos a tomarla como postre, en zumo o como ingrediente de una de nuestras recetas.
La navelina es la primera de las variedades de las naranjas de las que vamos a hablar. Es la mejor para tomar como postre, debido a su sabor dulce, su jugosa pulpa y sin semillas. Tienen un tamaño medio y una forma ovalada. Además, los precios de este tipo de naranja suelen ser de los más bajos debido a que es una de las que más se cultivan.
La variedad de naranja más producida es la valencia late. Al contar con un sabor dulce, un abundante jugo y un color muy intenso, es la mejor opción para elaborar zumo de naranja. Este tipo es de un tamaño medio a grande, con una forma ligeramente alargada y un poco achatada.
Sevilla amarga o Málaga amarga es la tercera variedad de naranja que vamos a ver. Es ideal para la preparación de mermeladas, debido a su sabor amargo y su acidez. Son de un tamaño de medio a grande y de forma esférica.
El útimo tipo es la natal, muy parecida a la valencia late, pero un poco más ácida, pero una buena elección para también preparar zumos. Debido a que se cultivan casi exclusivamente en Brasil, pueden tener un precio más alto.
Una vez conocidas algunas de las variedades de naranjas, ¿con cuál te quedas?