Son pequeños electrodomésticos que nos libran de gran parte del trabajo que se necesita para crear un gran plato sin restar sabor o calidad. Usados por los grandes cocineros en la alta gastronomía (Ferran Adriá los utiliza en El Bulli desde 1988) las opciones que nos ofrecen estos robots son muchas.
Recomendados tradicionalmente para aquellos a los que les gusta saborear grandes guisos pero no saben manejarse entre cacerolas y sartenes o para quién no dispone del tiempo suficiente que exige la cocina. Descubrimos que resultan también una gran ayuda para los que disfrutan pasando las horas creando sofritos, guarniciones o guisos elaborados.
Thermomix, de Vorwerk, y Chef 2000 son quizás los dos nombres que más suenan pero hay más modelos de otras marcas como la cocinera Breadman o Iber Gourmet. La mayoría se venden a través de Internet o de agentes que hacen demostraciones del producto en la casa del cliente. Según María José Bueno, representante acreditada por Vorwerk, "esto se debe a que, por su alto coste (entorno a los 900€), si el comprador no ve cómo funciona y lo que puede ofrecer el electrodoméstico, no gasta ese dinero".
Simplicidad y comodidad, la regla de oro
Compuestos por una cubitera con cuchillas dispuesta sobre un pequeño ordenador, el aparato va conectado a la red. Con una báscula incorporada y un visor digital las tareas se simplifican al extremo.
Con la compra del aparato se acompañan libros de recetas clasificadas por la dificultad de cada plato y el tiempo de elaboración. Además, en las páginas web de cada marca también se encuentra una gran cantidad de indicaciones para crear fabulosos platos.
Cuecen, baten, amasan, rallan, muelen, fríen y cocinan por nosotros sin que tengamos que preocuparnos porque la comida se queme o esté lista en el momento en el que la necesitamos. Se pueden programar para que tenga los alimentos a una determinada hora. Además, los mantienen calientes una vez que están hechos y, al cerrarse herméticamente y tener una capacidad de programación de hasta de 24 horas, podemos tener comida recién cocinada aunque hayamos salido de viaje el día anterior.
Dedica a la elaboración de las recetas entre 5 y 20 minutos, lo que es una gran ventaja para celebraciones, como las de Navidad, en las que queremos presentar varios platos y a la vez deseamos tener tiempo para arreglarnos o disfrutar de la familia.
Menús complicados sin complicaciones
Si bien parece que lo más conocido es su capacidad para crear deliciosos postres como helados de frutas, turrones, mantequillas de sabores o todo tipo de tartas, la variedad va mucho más allá. Hacer salsas, patés, masas de pan o pizzas, arroces, verduras, carnes o pescados no es más difícil.
Elegida la receta, basta con seleccionarla en el ordenador, seguir las instrucciones para introducir los alimentos y programar el robot. Facilitando aún más las cosas, algunas marcas incorporan a sus aparatos una voz en off que nos indica los pasos a seguir sin necesidad de leer el libro.
Y sin olvidar la parte más desagradable de la cocina, la limpieza del robot también es sencilla. Sólo hay que enjabonar un único cacharro, la cubitera, que puede introducirse en el lavavajillas. En algunos modelos la función de limpieza aparece como una opción seleccionable. Será suficiente con añadir los ingredientes, en este caso el jabón y el agua, para tener el robot como nuevo. La tecnología busca hacernos la vida más fácil y en estos casos también nos ayuda a crear fabulosos platos sin necesidad de ser expertos cocineros.