En esta ocasión, la receta es copiada de una publicada en la web de Facilisimo, la receta “Patitoque” y la denomina su autora “Pancitos rellenos”, aunque como podéis ver, el resultado de mi versión no se parece mucho a su receta.
La idea mía era que salieran una especie de panes de payes chiquitines (típicos de Cataluña), me han salido bastante mas tostados que los que intentaba imitar, pero realizados con la masa de Patitoque y rellenos como nos dice ella, el pan de payes, suele ser de medio kilo o un kilo y sin rellenar (payes es agricultor en catalán), aunque yo los he rellenado unos de sobrasada y otros de huevo duro y la verdad para mi gusto han quedado estupendos.
Como me salieron bastantes y somos dos a comerlos, los que nos sobraros los congele, para cualquier día que nos apetezcan, solo tendremos que sacarlos del congelador y darles un golpe de horno, así los comeremos crujientes y calentitos.
Los huevos cocidos que utilice son los que sobraron de hacer esta receta “Ensalada de higos”, aunque la verdad, que al estar envueltos en pan, no se nota la gran diferencia de sabor del huevo, de estar cocido sin cascara o con ella.
Ingredientes para preparar unos 16 panecillos del tamaño de dos huevos, por decir algo:
2 huevos
75 g. de queso rallado
125 centilitros de leche
25 g de levadura fresca
25 g de mantequilla
500 g de harina
150 centilitros de agua
50 centilitros de aceite de oliva
2 lonchas gruesecitas de sobrasada
2 huevos cocidos
Sal
Preparación:
Diluimos los 25 gramos de levadura en los 150 centilitros de agua templada y le agregamos una cucharada de harina, mezclamos bien.
Mezclamos los 25 gramos de mantequilla con los 125 centilitros de leche y calentamos la leche.
En un recipiente grande, para poder trabajar con comodidad y no manchar demasiado, colocamos los 500 gramos de harina, le añadimos la sal, los 75 gramos de queso rallado (si os gusta mucho el queso se le puede poner mas).
Incorporamos el agua que previamente hemos mezclado con la levadura y la cucharada de harina y mezclamos.
Añadimos dos huevos crudos a la masa y seguimos mezclando.
Añadimos la leche que anteriormente calentamos junto con la mantequilla y amasamos bien.
Añadimos el aceite de oliva para que la masa no se nos pegue a los dedos, si fuera necesario podremos añadir un poco mas de harina, para poderla trabajar cómodamente, pero para que nos suba con facilidad la masa, hay que procurar que esta, no nos quede demasiado dura, hay que buscar el equilibrio entre que no se nos pegue a los dedos, para poder trabajar y que no nos quede como masa de pizza.
Ahora tapamos la masa con un trapo limpio y la dejamos reposar hasta que doble su volumen.
Una vez pasado ese tiempo (alrededor de una hora, si se deja mas no ocurre nada), preparamos nuestro relleno.
Cortamos cada huevo en cuatro partes y la sobrasada en trocitos de parecido tamaño.
Os recuerdo que podéis colocar cualquier relleno que tengáis perdido por la nevera, restos de pollo, restos de pescado (sin espinas, ni pieles), restos de embutido, lo que se os ocurra.
Ahora llego la hora de manchar…
Os preparáis la bandeja del horno, con papel de horno, o como yo, una lámina de silicona (lo que prefiráis o tengáis), para ir colocando los panecillos conforme los vayáis haciendo.
Para que quede rustico, aunque no es necesario, espolvorear la lámina o el papel con una poquita harina.
Ahora espolvoreamos la tabla con harina y amasamos un poco más la masa.
Vamos cortando trocitos de masa con el cuchillo y hacemos como bolitas del tamaño de dos huevos.
Cuando tenemos todas las bolas listas (conforme vallan absorbiendo la harina de la tabla la vamos reponiendo, para que no se nos pegue la masa a las manos, ni a la tabla), se trata de rellenarlas.
Entonces agarramos una bola y la aplastamos un poco (formando una especie de tortita) en la tabla o en la encimera, colocamos uno de los trocitos de relleno preparados con anterioridad, envolviéndolo con la masa.
Volvemos a darle forma de bola (o la forma que se os antoje) y en la parte superior con un cuchillo afilado le practicáis unos cortes, para que al hornearse no se rompa la masa.
Ahora con cuidadito de no deformarlo, lo colocáis en la bandeja del horno.
Repetís la operación hasta terminar la masa.
Encendéis el horno a unos 180 grados y mientras se calienta, tenéis tres opciones, la que yo use fue la del aceite.
1-Dejar los panecillos tal como están en la bandeja y espolvorearlos por encima con una poquita de harina.
2-Pintar los panecillos con cuidado para no deformarlos con un poco de aceite y acto seguido espolvorearlos con harina (que fue lo que yo hice).
3-Lo habitual y quizás, lo que le dara una mejor presentación, pintarlos con huevo batido y después decidir si espolvoreáis de harina o no.
En mi horno, calentando por la parte de abajo, es 15-20 minutos, a 180 grados quedaron casi listos.
Después apague la parte inferior y los gratine a la misma temperatura 5-10 minutos.
Vigilar la cocción pues con facilidad (por lo menos a mi) estas cosas pequeñitas se me queman en el horno.