Puede decirse que he aprendido a hacer un uso óptimo del congelador gracias a dos Cristinas: la famosa Cristina Galiano cuyos libros (sobre todo del titulado Saber comprar, conservar y congelar nuestros alimentos) y web (www.cristinagaliano.com) os recomiendo encarecidamente, y mi amiga Cristina, del blog Cortesía del congelador, que ya os he reseñado en otras ocasiones.
Para una persona como yo, que trabaja dentro y fuera de casa, con 5 gatos y 2 niñas pequeñas es imprescindible planificar bien lo que se va a comprar, cocinar y conservar para no andar de cabeza durante la semana. Es necesario para asegurarnos un menú lo más variado posible y para comer y cenar a una hora aceptable y por supuesto no cualquier cosa.
La receta que os traigo hoy me resulta muy práctica porque para hacerla uso los “recortes” del seitán que preparo fileteado y con diferentes salsitas para congelar ya listo justo para calentar al llegar a casa. Siempre es mucha más práctico congelar comidas completas que “materias primas” que necesitan preparación para poder ser consumidas, por razones obvias.
Cuando me refiero a “recortes” estoy hablando del principio y el final de la “bola” de seitán, que no se presta a hacer filetitos, así que los corto, los pico y los uso para boloñesa o para esta receta, una de las preferidas en casa.
Otra ventaja de esta receta: cuezo a la vez el brócoli y la pasta. Ahorro tiempo y ensucio un cacharro menos. Si tenéis la precaución de tener cebollita sofrita en el congelador, la preparación de este plato se simplifica aún más.
Para terminar de glosar las virtudes de esta receta, se trata de un plato completo: verdura, proteína e hidratos de carbono en una proporción óptima.
Ingredientes:
Un brócoli hermoso
Una cebolla grande
“recortes” de seitán, ya sea casero o comprado
400 gramos de pasta pequeña (para que se cocine al mismo tiempo que el brócoli)
aceite de oliva VE, sal y pimienta
Preparación:
En una cacerola amplia ponemos abundante agua fría con sal y el brócoli dividido en arbolitos pequeños y bien limpio. Tapamos la cacerola, ponemos el fuego al máximo y esperamos a que hierva el agua. En ese momento, añadimos la pasta removiendo bien y bajamos a un fuego medio. Cocemos la pasta hasta que esté tierna, según las instrucciones del fabricantes (alrededor de 10 minutos).
Mientras tanto, pelamos y cortamos la cebolla en cuadritos y la sofreímos a fuego medio con un par de cucharadas de aceite de oliva V. E. Picamos los “recortes” de seitán y los añadimos a la cebolla cuando esté tierna y doradita. Salpimentamos y cocinamos un par de minutitos.
Escurrimos la pasta y el brócoli y la vertemos en la sartén del sofrito. Removemos un minutito a fuego medio y servimos bien calentita.
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