Sí, con chocolate, no me he equivocado al escribir el título, ni tampoco estás soñando. ¡Patatas fritas con chocolate!
Después de fliparlo muy fuerte en el 5º Festival Gastronómico Popular de Barcelona y ver tantas cosas geniales, entre uno de los muchos food trucks que había me llamó la atención el de “chök the chocolate kitchen“. Básicamente se dedican a hacer cosas muy locas reinventando lo dulce y lo salado, y me encantaron taaaanto sus patatas fritas con chocolate que me dije “esto lo tengo que hacer yo”.
Así que juntando su libro de “Chocolate Gourmet” y otro que encontré de “Chips caseras” (acabo de darme cuenta que ambos son de la misma editorial), los astros se conjugaron para que trajera esta receta aquí.
¡Al lío!
Empezamos lavando bien un par de patatas, ni muy grandes ni muy pequeñas, y las pelamos. Estas dos juntas no llegaban al medio kilo, pero casi.
Como al principio leí un poco rápido la receta entendí que después de pelarlas había que lavarlas y lavarlas hasta que el agua saliera limpia y después dejarlas ahí a remojo, y yo venga a darles con el bol dentro del fregadero hasta que ya vi que el agua quedaba transparente y las dejé en la encimera. Luego volví a leer la receta y lo que ponía es que después de cortarlas con la mandolina es cuando había que lavarlas intensamente y después dejarlas en el agua fría. Dislexia powah. Total, que cuando fui a tirar el agua por el fregadero, antes de llegar a su destino quiso saber cómo era el suelo.
Patatas en agua, antes de su destino final
Aquí sin agua, esperando a ser cortadas
En el libro dicen que hay que cortar las patatas con una mandolina, con un grosor de 1-2 mm, pero mejor 1 que 2.
La mandolina de Javi
Sólo tuve un amago de dos cortes en el pulgar, pero anda que no está afilado eso… Aquí es cuando después de cortarlas ya se lavan bien bien con cuidado y se dejan en agua fría lo que tardas en preparar la sartén y poner a calentar el aceite.
Finas, finas
Antes de freírlas hay que ponerlas entre dos trapos, o como hice yo, entre cuatro trozos de papel de cocina. Así se secan un poquito y no se lía muy parda a la hora de echarlas en el aceite (digo yo…).
El arte de secar patatas. Vol 1.
Si tenéis freidora, la receta dice que hay que poner el aceite a 160º. Si no se tiene, pues en una sartén grande, y si no hay sartén grande, en una como la que usé yo echando como 1 cm de aceite.
Lo de usar sartén grande lo entendí cuando ya llevaba un rato y vi que la cosa iba muy lenta. Más sartén, más patatas que puedes echar. Es obvio.
Después de freírlas, se van dejando en otro recipiente con más papel de cocina para que se vaya absorbiendo el aceite sobrante.
Fríe que te fríe, y vuelve a freír
Al terminar de freír todo, como vi que estaban muy aceitosas, las fui secando una a una y dejándolas esparcidas en cuatro platos para poder echarles después bien el chocolate.
Secar patatas. Vol 2.
Después de esto fundí el chocolate en una jarra medidora usando el microondas a intervalos de 20 segundos o así, varias veces, y lo iba removiendo entre intervalo e intervalo con unos palillos chinos porque no tenía nada más largo. Y luego lo fui echando poco a poco. Después eché un poco de sal. Recomiendan hacerlo con sal escamada, pero de eso no tenía.
Las dejé enfriando en el balcón al estilo Javi para que se endureciera el chocolate, y 1h 45m después las puse en el bol. Probablemente se endureció antes, pero no sabría decir en qué momento.
Chorretón de chocolate a la izquierda
Detalle con el chocolate y la sal
Pasaron la prueba de fuego, y a pesar de que las patatas así fritas sin nada saben amargas, con el chocolate y la sal quedan en un punto guay de sabor.
“Datos técnicos” (Para 4 personas según el libro)
1 Kg de patatas (tipo Charlotte, Bintje o Monalisa). Yo de tipo de patatas ni idea, me las compró Javi y usé dos que no llegaban al medio kilo juntas.
3 litros de aceite de oliva. No sé cuánto usé, pero 3 litros seguro que no, como mucho 200 ml, así a ojo.
Sal escamada. O la normal de mesa.
Chocolate con un 55% de cacao. Eché más o menos media tableta del que pone que es para fundir en el mercadona, en el libro recomiendan que sea de un 50%, así que tampoco me desencaminé mucho.
No me corté ni me quemé, y mira que es raro, porque el asunto era arriesgado.
Ahora sólo queda disfrutarlas.
Y si lo intentáis, ¡qué aproveche!