El Consorci de Turisme del Garraf se ha unido al movimiento Slow Food para promocionar los productos autóctonos de la zona, en especial las verduras y hortalizas, pero sin olvidar otros alimentos saludables de esta región catalana. Las coles y las escarolas son los productos estrella de la comarca, muchos de ellos piezas fundamentales de la rica y sabrosa gastronomía catalana.
Lo más típico: brotons y espigalls
La col brotonera es una variedad de col que sólo produce hojas alargadas. De octubre a noviembre genera unos brotes con mucha hoja que se denominan col verde o col de brotó en Sitges y brotons en el resto de la comarca. En enero, cuando aparece el proceso de floración, al espigarse los brotes, pasan a denominarse espigalls. Los podemos encontrar hasta el mes de marzo.
La col brotonera se ha conservado, principalmente, en la zona del Garraf, gracias a la terquedad de los labradores, ya que estuvo a punto de desaparecer. En torno a 1994 algunos agricultores de la población de Vilanova i la Geltrú empezaron a darla a conocer, con diferentes actividades como el concurso de recetas.
Los espigalls tienen un gusto suave a col. Los podemos cocer al vapor o freír; puede que la cocción más común y adecuada sea hervirlos con mucha agua y sal de 7 a 15 minutos según gusto, pero antes hay que cortar las hojas a trozos. Para conservar su color verde vivo es vital enfriarlos en agua y hielo. Los podemos encontrar hervidos con patatas, acompañados con tocino o arenques, en forma de cremas, espumas, sopas, y como guarnición de carne, pescado y otras verduras.
Escarola perruqueta o de cabello de ángel
Si hay una comarca donde crece una de las mejores variedades de escarola, ésta es la del Garraf. Aquí disponemos de los mejores ejemplares para elaborar el plato más popular de la región: el xató. La escarola perruqueta es uno de los productos más antiguos de la huerta del Garraf y también se encuentra en la Cataluña central, el Baix Camp y el Maresme. Esta escarola es más pequeña, de un color verde claro (más claro que el resto), más dulce y, por lo tanto, menos amarga.
Sus hojas son tiernas, de textura suave y crujiente. En los mercados se encuentran desde principios de diciembre hasta primeros de marzo, siempre que haga frío. Al ser tan tierna se puede aprovechar casi toda y, además, del xató, se pueden preparar ensaladas, tortillas y cremas.
La col paperina
En los mercados de la región del Garraf podemos encontrar diferentes coles, la Milan, redonda y de color más verde, la Melisa, con más nervio y dura, y la Valenciana, más blanca y grande. En cuanto a sabor, una de las más intensas es la col Paperina, que es otra de las variedades tradicionales de la comarca. Su temporada llega en la segunda quincena de diciembre, hasta el mes de marzo.
Su forma es ovalada, pero sus hojas externas acaban formando punta. Tiene color verde pálido oliva por fuera, es casi blanca por dentro y hace menos peso que las otras. Su gusto es suave y dulce, y es ideal en l´escudella de Nadal o con el trinxat que hacen en la Cerdanya, pero también se puede comer hervida con patatas y con una pizca de aceite de oliva virgen extra.
Concurso de cocina de espigalls
La primera actividad de la campaña de promoción de los espigalls es el concurso de la cocina de espigalls, que este año llega a la cuarta edición.Este certamen ha sido una de las actividades que más han contribuido a la recuperación de la verdura, gracias a los labradores de la comarca y al mercado central. Este año el concurso cuenta con tres categorías y con un premio de un vale de 50 € en compras al mercado. Como siempre, los concursantes que quieran participar, habrán de elaborar un plato con espigalls en su casa y, acto seguido, llevarlo al Mercado Central.
Principios de la gastronomía del Slow Food
El movimiento gastronómico Slow Food sería, simplificando mucho, una antítesis del popular Fast Food, que tantos efectos negativos tiene sobre nuestra dieta y nuestra salud. Nos dicen que los alimentos deben ser buenos, limpios y justos: lo que comemos ha de tener buen sabor, se debe producir de forma limpia, sin dañar el medio ambiente, el bienestar animal o nuestra salud; y los productores tienen que recibir una compensación justa por su trabajo.
Los consumidores debemos conocer la calidad de los productos que nos comemos, debemos buscar información de quién y de cómo se han hecho y hemos de entender el proceso y las dificultades de su producción. De esta forma pasaremos a ser coproductores y podemos incidir activamente en las tendencias de mercado. Así también nos daremos cuenta de la importancia de conservar labradores, pescadores, apicultores, viticultores etc. y podremos tener alimentos "hechos" cerca de nosotros, frescos, conservando las máximas calidades y vitaminas.