Bien, ya os dije en la anterior entrada que iba a poner tres seguidas, para compensar el abandono anterior. Esta nueva vuelve a ser de turrón, pero un turrón diferente.
La receta me llamó la atención porque la verdad es que no la conocía, así que no podía buscarla, surgió de casualidad.
En principio creí que se trataba de una receta de turrón duro, por su aspecto pero no es así. Tiene una textura elástica y un sabor buenísimo.
Esta, al igual que la anterior, la encontré en la web de Megasilvita y me gustó tanto que decidí hacerla. Este año sacié mis ganas de hacer turrón. Reto cumplido.
Ingredientes:
200 ml. de miel
250 grs. de azúcar y 12 grs. más
25 grs. de glucosa
1 clara de huevo
85 grs. de agua
350 grs. de almendra tostada sin piel
30 grs. de pistachos.
Elaboración:
Ponemos la miel en un cazo hasta que llegue a los 125ºC. De nuevo tenemos una receta en la que el termómetro de cocina es el utensilio protagonista.
En otro cazo ponemos el azúcar, la glucosa y el agua y estos tienen que alcanzar los 140ºC
Mientras, en el robot de cocina, vamos montando la clara junto con los 12 grs. de azúcar.
Añadimos la miel poco a poco, en hilo, mientras continúa batiéndose.
A continuación el contenido del segundo cazo. También muy despacio.
Continuamos batiendo 5 minutos más, hasta que la mezcla blanquee. Estuve en este paso hasta que enfrió bastante su temperatura, en el blog recomienda tomar una pizquita y mojar un poco de la mezcla con agua fría y si se forma una bola consistente es que ya está hecha. Sinceramente, yo lo dejé hasta que templó bastante.
En el microondas calentamos las almendras y los pistachos, con mucho cuidado de que no se quemen. Añadimos los frutos secos a la mezcla. Si los ponemos fríos espesará y será dificil de manejar.
Con esta receta salen dos tabletas de turrón como sólo tengo un molde la otra la hice con un molde cuadrado que puede regular su tamaño. Al igual que con el guirlache, engrasé con la ayuda de un papel de cocina los moldes para poder desmoldar con más facilidad.
Lo dejamos enfriar toda la noche antes de desmoldar y si no lo vamos a comer enseguida es preferible empaquetarlo bien para que no se ponga pringoso.
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