Hace ya un tiempo que los catering de eventos y celebraciones están protagonizados por bonitas galletas decoradas, cupcakes y tartas hechas con fondant que alegran el paladar y la vista de cualquiera.
Lo cierto es que esta dulce influencia americana siempre me ha llamado mucho la atención pero nunca imaginé que fuera tan divertido poder crear estas "golosinas". Todo comenzó gracias a mi amiga Mrs. Apple de Las Recetas de Mrs. Apple que es toda una experta, y me animó dándome los primeros truquillos y direcciones dónde poder iniciarme en esta afición, así que me puse manos a la obra.
Tenía muchas ganas de hacer galletas, así que lo primero que hice fue visitar algunas tiendas online especializadas y blogs, como Club Cocina y Karen's Cookies, para saber que es lo que necesitaba. Me apunté algunas recetas y me compré un par de revistas y, cuando lo tuve todo más o menos claro, me acerqué a la tienda que tiene Club Cocina en Madrid y me compré todos los utensilios necesarios para hacer formas y decoraciones: cortantes, fondant de colores, mangas, boquillas, adaptadores, glasé real y colorantes en pasta de Wilton; luego me fuí a la nueva sección de El Corte Inglés decicada a la repostería y me compré un rodillo regulable y un tamizador; y finalmente compré todos los ingredientes en el supermercado: esencia de vainilla, esencia de mantequilla, azúcar glas, huevos y mantequilla.
De todas las recetas que encontré me quedé con las fantásticas ideas de Postreadicción y mi propio toque, puesto que no tengo ni Kitchen Aid ni Termomix. Algo sencillo para poder hacer con mi batidora, una Braun de toda la vida, y mis propias manos.
Y aquí tenéis el resultado, es más fácil de lo que parece y muy divertido.