Desde Camariñas a Ponte do Porto: séptima etapa del "Camiño dos faros"

Esta es la crónica de la última etapa de la segunda fase de nuestro recorrido por el “Camiño dos faros”. Recorreremos en ella los 14 km aproximadamente que nos separan de Ponte do Porto, lugar donde tomaremos el autobús de regreso a casa.

Iniciando la etapa

Tras disfrutar del momento desayuno en “O Parranda”, el hotel en el que hemos pernoctado, nos ponemos en marcha. Camariñas nos despide envuelta en una bruma mañanera que difumina las primeras horas de nuestra jornada.

Puerto

Monumento a la mujer

Al pasar por la Praza da Insuela, frente al edificio del ayuntamiento, nos detenemos un instante ante el monumento a la “Palilleira”. Labrada con piedra de Porto do Son en 1986, es una obra del escultor Eduardo Parrado, como homenaje a las mujeres dedicadas al oficio del encaje de bolillos tan representativo de esta localidad.

Tomamos el paseo que bordea la conservera Cerdeimar frente a la playa de Area da Vila, famosa por celebrarse en ella el “Lumarea”, donde se enciende una de las cachelas más grandes de Galicia en la noche de San Juan.

Playa Area da Vila

Lástima de mañana brumosa que no nos permite hacer buenas fotos de las aves que pululan a sus anchas por el arenal.

Gaviota argéntea

Cormoranes

Gaviota reidora

Garceta común

Gaviota sombría

Al final del paseo tomamos una pequeña senda que nos lleva hasta la preciosa playa de Ligunde.

Playa de Ligunde

Seguimos camino entre pinares por el entrante que forma la Ensenada da Basa, zona de marisqueo. La marea está baja, así que podemos recorrer este tramo por la arena. Encontramos a nuestro paso algas puestas a secar, actividad de tradición en esta zona. El “argazo” se emplea para la extracción de carragenato usado en la industria alimentaria y cosmética.

Salimos de la ensenada y recorremos un pequeño tramo por carretera para salvar el Rego do Trasteiro y después entrar en la parroquia de Xaviña.

Rego do Trasteiro

Después de hacer una breve “parada técnica” para un tentempié en el bar-parrillada Rojo continuamos camino y a unos 600 metros tomamos una pista que inicia la llamada Ruta da Insua. Un recorrido muy cómodo, a través de una senda de pinares por la que llegamos a la playa de Areiña Branca.

La playa desierta, la transparencia de sus aguas y las ganas de sol tras una mañana brumosa hacen que sucumbamos a la tentación. Soltamos las mochilas, nos despojamos de la ropa y disfrutamos de un baño delicioso durante un buen rato.

Seguimos camino hasta la siguiente playa, la de Ariño, rodeada de un pinar con mesas y bancos de piedra. Son casi las dos de la tarde y este es el lugar perfecto para dar buena cuenta de los “bocatas”.

Playa de Ariño

Tras la pausa para comer reanudamos la marcha por la playa, al final de la misma tomamos una pista que nos conduce de nuevo a la carretera, salvando la desembocadura del río Lamastredo.

El camino nos aleja del mar y nos adentra en el rural, pasamos por las aldeas de Tasaraño y Dor.

Hórreo y fuente a la entrada de Tasaraño

Dor

Y tras atravesar un nuevo bosque llegamos a nuestro destino, Ponte do Porto.

Un simpático gorrión nos da la bienvenida

Al llegar aguardamos por el autobús que nos llevará a Coruña y desde allí en tren a Vigo. Volvemos a casa. Concluimos aquí la segunda fase de nuestra aventura que retomaremos nueve meses después cargadas de ilusión, pero eso os lo iré contando en las siguientes entradas.

Ponte do Porto

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