Uno de los alimentos de los que me costaría muchísimo prescindir es el huevo.
Su conservación es fácil y sus posibilidades de preparación son infinitas.
Se adapta a todo tipo de ingredientes, dulces, salados. La tortilla quizás es una de la mejor aplicación de los huevos pero es una sólo posibilidad entre muchas:
HUEVOS AL PLATO
Es una receta un poco “viejuna” como dice mi hijo pero su preparación es muy sencilla. Se preparan al horno, en una cazuelita individual. Pueden incorporarse otros alimentos como guisantes, chorizo,. etc. La clara debe quedar blanca y la yema blandita.
HUEVOS DUROS
Son los huevos cocidos que se utilizan para rellenar, decorar, rebozar. Se pueden añadir a múltiples platos como ensaladas, bocadillos, etc.
HUEVOS A LA PLANCHA
Los huevos se hacen directamente sobre una plancha caliente y engrasada. Cocinados de esta manera los toman principalmente los ingleses en el desayuno.
HUEVOS FRITOS
Es una de las formas más comunes de preparar los huevos. Se sumergen en aceite muy caliente hasta que los bordes de la clara se doran formando una “puntilla”. Hay gente que prefiere la yema líquida pero a me personalmente mi gusta más hecha por lo que voy echándole aceite caliente a la yema con la ayuda de la paleta durante el proceso.
HUEVOS ESCALFADOS
Se cuecen en una sartén con agua y algo de vinagre. La yema queda cubierta por la clara formando una especie de buñuelo blanco y de textura frágil.
HUEVOS PASADOS POR AGUA
Se cuecen en agua salada con su cáscara el tiempo justo, 4 o 5 minutos, para que al cascarlo la clara esté casi coagulada y la yema permanezca cremosa, que permita ser comido con cuchara. Este tipo de utilización también se prepara en los desayunos ingleses pero mayormente ahora la gente prefiere los huevos a la plancha.
Cuando yo era pequeña, entre 40 y 50 años atrás, la gente lo tomaba para cenar acompañado de pan.
HUEVOS REVUELTOS
Son huevos batidos y cuajados a temperatura baja, y enriquecidos con mantequilla o nata (crema de leche) líquida. Normalmente se sirven para acompañar otros platos. También se toman habitualmente en los desayunos ingleses (“scrambled eggs”). Los ingleses bordan esta preparación.
HUEVOS EN TORTILLA
Este es un plato muy de implantación nacional. Podemos preparar una torrilla de diferentes formas: francesa, española (con patatas), y tortilla con cualquier aditamento que nuestra imaginación nos aporte (pimientos, atún, queso, ajos tiernos, jamón, etc.)
“HUEVO NUBE”
¡Con esta preparación os he pillado!! Al menos a algunos de vosotros. La etiqueta “huevos nube” se han convertido en un fenómeno en Instagram, e incluso algunos prestigiosos periódicos se han hecho eco de esta tendencia gastronómica(Telegraph, Independent, etc.)
Basta con batir la clara del huevo al punto de nieve, salpimentar y hornear durante tres minutos a 230º. Después se añade la yema, y se deja otros tres minutos a la misma temperatura. Al no utilizarse ni una gota de aceite para prepararlo, se le puede añadir un poco de queso (parmesano, suizo o Gruyère) para potenciar el sabor de “la nube”. De hecho, en Instagram pueden verse múltiples propuestas para acompañarlo, desde tostadas, aguacates, espinacas y sobre todo beicon. ¿A que queda de foto?
3 cosas que a lo mejor no sabíais sobre los huevos
Para averiguar si un huevo es viejo basta sumergirlo en agua y si se queda en el fondo, es fresco. Si por el contrario, flota, no lo comáis. A medio camino entre flotar y no el huevo es maduro pero puede comerse.
Si haces huevos duros con huevos ya maduros, que tengan unos pocos días, se pelan mejor.
Cuando preparéis un huevo duro no dejéis que el agua hierva, mejor lo hacéis a fuego lento, sin burbujas, a una temperatura entre 80 y 85 º, y así evitáis que se os rompa y la clara y la yema presentarán una mejor textura, no os quedarán resecas ni gomosas.