De esta manera, los consumidores están concienciados con el medio ambiente y piensan en la protección de los océanos, y si tienen que cambiar de hábitos de compra, lo harían. En concreto, el 61% de los consumidores de pescado españoles están a favor de los productos pesqueros sostenibles, mientras que más del 50% pagaría entre un 5% y un 10% más por un pescado capturado con artes pesqueras que contribuyen a proteger el medio ambiente marino. Por otro lado, la encuesta establece que el 10% pagaría un 20% o más por el alimento sostenible.
En la encuesta se pone de manifiesto que la gran parte de los encuestados no tiene la suficiente información sobre los productos pesqueros que compran. Según Greenpeace, esto es importante, dado que tendrían que establecerse cuáles son los métodos de pesca de cada uno de los pescados que se ponen a la venta.
Si bien hay etiquetados sobre acuicultura como el método de captura o pesca, una gran parte de las personas lo desconocen y les importa más el precio que el tipo de pesca del alimento que van a consumir.
Otra conclusión de la encuesta de la ONG es que las especies más populares son las que sufren la elevada presión pesquera a través de la sobreexplotación, como por ejemplo la merluza, que es una de las más consumidas. Sólo un 10% de los consumidores buscan la forma en que el pez fue capturado, y 2-3 de cada 10 consumidores buscan en el origen del producto, y lo que más valoran es la frescura, el precio y el sabor.
Greenpeace pone de manifiesto que hay una gran cantidad de mariscos y pescados en el mercado que han sido capturados de forma no sostenible. Por ello es importante la concienciación de los consumidores que deben saber de qué manera se realiza la pesca y ello debe incentivarse desde todos los sectores.
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