Hace mucho tiempo probé estas empanadillas, tanto tiempo que no recuerdo ni donde.
Lo que si recordaba era lo resultonas que quedaban como picoteo, porque el crujiente de la masa mas el relleno tierno hacía de estas empanadillas un entrante sencillo y original.
Es una receta casi sin receta, porque lo unico que hacemos es preparar unas patatas como para tortilla pero en lugar de cuajar en una sartén lo hacemos en unas obleas de empanadillas.
INGREDIENTES:
12 obleas de empanadillas
2 patatas
2 huevos + 1 huevo batido para pintar.
sal y pimienta al gusto.
200 gr de tomate frito
4 o 5 guindillas
PREPARACIÓN:
Lavamos y pelamos las patatas como tengamos costumbre hacerlo para tortilla. Las sazonamos con sal y pimienta y las freímos en una sartén con aceite hasta que estén tiernas. dejamos que se enfríen un poco y las mezclamos con los dos huevos batidos.
Vamos sacando las obleas y sobre el mismo papel que vienen le ponemos una cucharada de la mezcla de patatas. Cerramos las obleas por la mitad. Marcamos los bordes con un tenedor y pintamos con el otro huevo batido que nos quedaba.
Horneamos a 180º unos 15 minutos, hasta que veamos que están bien doradas.
Mientras vamos a calentar el tomate frito con las guindillas para darle un puntito picante a la salsa.
Servimos las empanadillas calientes con un poquito de salsa.
Freimos las patatas como tengamos costumbre y una vez frias las mezclamos con huevos batidos. Ponemos una cucharada en medio de cada empanadilla.
Cerramos y marcamos los bordes con un tenedor.
Pintamos con huevo batido y horneamos.
Preparamos mientras la salsa de tomate calentandola con unas guindillas.
Unas empanadillas distintas, crujientes por fuera y tiernas por dentro.
Y al ser horneadas le hemos quitado unas cuantas calorias. Un aperitivo distinto.