Este flan lo llevé a la comida familiar del sábado y triunfó.
Super fácil de hacer, de esos que es batir y hornear. Y con una textura densa pero suave y dulce a la vez, y no demasiado dulce, ideal para los que no soportan los sabores empalagosos. Aunque yo, que adoro los postres muy dulces también me quedé encantada con este.
Una receta sin misterio ni complicación para que cualquiera pueda hacerlo.
INGREDIENTES:
Para el caramelo:
100 gr de azúcar
1 cucharada de agua
1 cucharada de zumo de limón
Para el flan:
300 gr de leche condensada
250 gr de leche evaporada
300 gr de queso crema tipo philadelphia
2 huevos
50 gr de almendras en cubitos
PREPARACIÓN:
En un cazo o sartén ponemos el azúcar con el agua y el limón a fuego medio alto. Dejamos que se vaya fundiendo el azúcar sin tocar hasta que se forme un caramelo dorado. Vertemos este caramelo en un molde alargado. Echamos las almendras en cubitos encima y reservamos.
En un recipiente ponemos la leche condenada, la leche evaporada, el queso y los huevos y batimos hasta que nos quede una crema homogénea.
Vertemos esta crema en el molde caramelizado y llevamos al horno, con calor arriba y abajo, 180º. Vamos a hornear al baño María, así que debemos poner una bandeja con agua mientras se precalienta el horno. Cuando el horno alcance la temperatura ponemos el molde con el flan en la bandeja con agua y horneamos unos 45 o 50 minutos. Pinchamos con un palillo para ver si sale limpio y dejamos enfriar antes de guardar en la nevera unas horas. Este tipo de preparaciones siempre es mejor hacerlas de un dia para otro.
Hacemos el caramelo en un cazo.
Sin remover dejamos que se vaya dorando.
Y cuando esté dorado lo vertemos en el molde.
Y le ponemos las almendritas por encima.
Ahora vamos a batir el resto de los ingredientes.
Y vertemos la mezcla en el molde. Horneamos al baño Maria unos 50 minutos.
Después de unas horas, así queda nuestro flan. Decoramos con guindas.
Y a disfrutar de esta delicia.