Un riquísimo flan con queso crema, varios tipos de leche, con un toque de vainilla y ese delicioso y decorativo baño de caramelo, un postre de los más suaves y cremosos que he probado, este flan es un poco más firme que el flan tradicional y muy fácil de preparar, un postre ideal que puedes preparar con un día de anticipación para las ocasiones especiales y también por que no, para darnos un capricho un día especial.
Ingredientes:
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8 Huevos
500 ml Leche evaporada Ideal de Nestlé
350 g Queso crema tipo Philadelphia
400 g Leche condensada
250 ml Nata (crema de leche) para montar o crema de leche para batir
1 Cucharadita de esencia o extracto de vainilla
100 g Azúcar (Para hacer el caramelo)
1 Cucharadita de zumo de limón (Para hacer el caramelo)
1 Molde amplio de 24 cm aproximado
Preparación:
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Precalentamos el horno a 180 grados con un recipiente donde quepa el molde del flan y con agua hasta la mitad por qué haremos una cocción a baño maría.
Prepararemos el caramelo líquido poniendo una sartén al fuego y le iremos añadiendo el azúcar poco a poco mientras que se va derritiendo y removiendo con una pala de madera, añadimos unas gotas de zumo de limón y dejaremos que cueza hasta que tenga un color rubio, lo vertemos con mucho cuidado en el molde que vayamos a utilizar y caramelizamos el molde girándolo para que el caramelo cubra el fondo y los laterales, reservamos.
Preparamos el flan poniendo en un bol amplio el queso crema y con ayuda de una batidora o túrmix trituramos un poco, añadimos la leche condensada y batimos muy bien, añadimos los huevos y seguimos batiendo un poco más, añadimos el extracto de vainilla, la leche ideal y la nata (crema de leche), batimos hasta que estén todos los ingredientes bien incorporados, vertemos la crema en el molde caramelizado y lo cubrimos con papel de aluminio, colocamos el molde en uno más grande con agua caliente que cubra hasta la mitad del molde y horneamos a 180 grados de 60 a 90 minutos aproximadamente comprobando pinchando con un palillo y si sale seco ya lo tendremos listo, lo dejamos enfriar y luego lo pasamos a la nevera durante unas horas lo desmoldamos y decoramos con unas hojas de menta y unas guindas y a disfrutarlo. Probadlo os va a encantar.
Fuente: este post proviene de La cocina de Loli Domínguez, donde puedes consultar el contenido original.
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