Esta monada de galletitas de mantequilla, recién horneadas y listas para que tus invitados se lleven el mejor regalo, son elegantes y desenfadadas, alejándose ligeramente de la temática infantil ahora que nuestros pequeños son más adultos de lo que nunca han sido. Ellos las adorarán y son un detalle que se guarda dentro... muy dentro... en las entrañas mismas, y no en un cajón acumulando polvo. ¡Aunque también aguantan!, por si prefieres guardarlas en un sitio algo menos oscuro y húmedo que un estómago.
¿A que están chulas? ¡Ya tenéis una buena idea para este año! Un pequeño y dulce detalle que les hará olvidar a ese gelatinoso ser de la ventana, esa masa deforme y viscosa que se agita inquieta en la penumbra pidiendo un inhalador... ¡Feliz alergia!
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