Estaba buscando una forma nueva de preparar los guisantes que este año he cultivado en la terraza de casa cuando me encontré esta receta, en la que la lechuga se cocina como si fueran espinacas. Nunca antes lo había visto, así que me decidí a preparar la receta. Pese a mi desconfianza inicial sobre como sabría la lechuga cocinada, debo decir que me ha sorprendido gratamente y no será la última vez que prepare este plato...
Ingredientes para dos personas:
- 300 gr. de guisantes frescos ya pelados.
- 30 gr. de tocino ibérico.
- 2 cebolletas frescas.
- 20 gr. de mantequilla.
- 1 cucharadita rasa de harina.
- 5 cl. de vino blanco.
- 25 cl de caldo de verduras.
- 12 hojas de lechuga.
- Sal.
- 1 pizca de azucar.
- Pimienta negra.
- Nuez moscada.
Picad las cebolletas en juliana y el tocino en pequeños daditos.
Derretid la mantequilla en una sartén a fuego medio y añadid la cebolleta y el tocino. Rehogadlos hasta que la cebolla este bien blanda y transparente.
Incorporad entonces los guisantes y dejad que se rehoguen durante un minuto.
Después, dejad un hueco abierto en la mitad de la sartén y echad ahí la media cucharadita rasa de harina. Movedla con la ayuda del dorso de una cuchara de madera durante al menos medio minuto para que se tueste ligeramente y no quede sabor a harina cruda.
Agregad entonces el vino blanco, removed y dejad que reduzca un poco.
Tras ello, echad el caldo de verduras a la sartén(mejor si está caliente), junto con un poco de sal, una pizca de azúcar, nuez moscada y pimienta negra a vuestro gusto. Subid el fuego al máximo hasta que rompa a hervir, entonces ponedle una tapa a la sartén y dejad que se cocinen los guisantes 10 minutos en el caldo.
Tras ese tiempo, quitad la tapa, añadid la lechuga cortada en tiras y dejad que se cocine mientras se reduce el caldo con el fuego al máximo de nuevo.
Probad los guisantes para aseguraros que ya están en su punto, pasadlos a un par de platos y a disfrutar de esta receta tan primaveral...