Las tartas de queso son unas de mis favoritas, y de vez en cuando me apetece disfrutar de un buen trozo. la textura de esta tarta es muy suave, y cremosa, en contraste con la base crujiente de galleta y mejora de un día para otro. Yo la dejo reposar toda la noche en el frigorífico y al día siguiente la desmoldo y la cubro con mermelada.
Si te apetece probarla, ponte manos a la obra hoy para disfrutarla mañana.
INGREDIENTES:
Para la base:
200 grs. de Galletas Digestive
70 grs. de Mantequilla
Para la tarta:
680 grs. de Crema de queso
1 Yoghourt natural azucarado
3 Huevos
100 ml. de Nata (crema de leche) para montar
230 grs. de Azúcar
1/2 c/c de esencia de Vainilla
Mermelada de fresa casera
Abreviaturas: c/c: cuchara de café
ELABORACION:
Preparamos un molde desmontable, yo lo he forrado con papel de hornear para evitar que se pegase.
Trituramos las galletas con ayuda del robot de cocina, fundimos la mantequilla y la añadimos a las galletas trituradas. Cubrimos el fondo del molde, presionando para que la base de galleta se compacte. Enfriamos al menos 1/2 hora en el frigorífico.
Precalentamos el horno a 180 º C.
En un bol, batimos con ayuda de la batidora el queso, el yoghourt, la nata (crema de leche) y la vainilla, hasta que la mezcla sea homogénea. Añadimos los huevos de 1 en 1, hasta que queden bien integrados en la mezcla.
Vertemos la mezcla encima de la base de galletas y horneamos a 180 º C durante 1 hora, hasta que al pinchar con un palillo salga limpio. Dejamos enfriar dentro del horno con la puerta abierta.
Enfriamos en la nevera hasta el día siguiente , desmoldamos y cubrimos con mermelada de fresa, y decoramos con unas fresas.
Como habéis visto en la receta, es fácil de hacer, lo más difícil es esperar al día siguiente para que repose y poder comerla. Con mermelada casera de fresa gana en sabor, y si no os gustan las fresas, probad a cubrirla con vuestra mermelada favorita.
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