Desde hace unos cuantos años, las elaboro cada Navidad, y me cuesta que llegue alguna al día 24. Es una receta sin gluten y sin lactosa, que tendrás lista en 1/2 hora.
INGREDIENTES( PARA 12 MARQUESAS):
125 grs. de almendra molida
125 grs. de azúcar
3 huevos
Ralladura de 1 limón
Azúcar glass
ELABORACIÓN:
Precalienta el horno a 180º C. Cubre una bandeja de hornear o un molde cuadrado con cápsulas de papel cuadradas, si no las encuentras puedes elaborarlas en cápsulas de magdalena.
Tritura el azúcar en el robot de cocina, para que quede fino. Mezcla el azúcar con los huevos y la ralladura de limón.
Bate bien, yo he añadido los huevos de 1 en 1, para que la mezcla quedase homogénea.
He utilizado 3 huevos pequeños, porque eran caseros, si son grandes seguro que te llega con 2.
Tamiza la almendra molida e incorpórala a los huevos, vuelve a batir para que la mezcla sea uniforme.
Rellena las cápsulas hasta los 2/3 y hornea a 170º C durante 15 minutos.
Deja enfriar sobre una rejilla y espolvorea con azúcar glass.
Así de esponjosas han quedado, y ese colorcito tan bueno, se lo proporcionan los huevos caseros, 100% sin colorantes ni conservantes.
Mis trucos:
Compra almendra de la mejor calidad, se nota mucho la diferencia de sabor. Suelo comprar Almendra Marcona ya molida y a granel, mucho más fresca que la que viene envasada.
Si no encuentras cápsulas cuadradas, pruebas a hacerlas en las cápsulas de magdalenas, quedan igual de ricas.
Ya sabes que cada horno es un mundo, y es importante que no se tuesten demasiado.
Si las haces unos días antes, guárdalas en una lata de las de galletas, se conservan tiernas y esponjosas 4-5 días, eso, ¡si tienes suerte y no desaparecen antes!
Te muestro el corte de una, para que podáis ver lo esponjosas que quedan, y el color amarillo que les dan los huevos caseros:
Estas ya no llegan al día 24, así que me va a tocar preparar otra tanda. Eso sí, ¡las haré el día 23 e intentaré guardarlas a buen recaudo! En una lata ,aguantan en perfectas condiciones 2-3 días, no puedo aseguraros que se mantengan tiernas más tiempo, porque nunca nos han durado tanto.
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