¡¡Que pare el mundo que yo me bajo!! Resulta que la semana pasada, ojeando Twitter, leí que la empresa inglesa Edible Anus, vende por todo el mundo artículos relacionados con anos. Sí, sí, ojetes. Bueno, hasta aquí, podríamos llegar a entenderlo; o casi.
Pero es que, desde hace poco, vende bombones con la forma de tu propio ano para poder regalar. Imagináos cómo pudo surgir la idea. Dos apollardaos" (compañeros de piso, seguro) tirados en un sofá y uno le dice al otro. -Tú, tú, tú, ve bajándote los pantalones que yo voy por la escayola para hacer un molde. Nos vamos a forrar a costa del retraso de la gente.
¿Os imagináis a la Preisler, cambiando la pirámide de Ferrero Rocher por otra creada a partir de anos chocolateados?
¿En qué momento perdimos el Norte y dejamos de interesarnos por las cosas que realmente merecen la pena? ¿Cuándo superaron las estupideces que se venden por Internet el límite establecido para que, ahora sí que sí, nos merezcamos la extinción? ¿Qué necesidad había de cruzar esa frontera?
Ya me imagino a tu suegra recuperándose de su convalecencia en un hospital y tú, entrando por la puerta con una caja de estos bombones. -¿Anda, qué traes ahí? -¡¡No te lo vas a creer suegra!!
Lo peor de todo esto, no es que sean bombones con forma de ojete, es que son bombones con la forma de TU ojete. Es decir, te han llenado el culo de escayola, han sacado el molde, lo han copiado en silicona y lo han usado para recrear cada arruga de tu culo en forma de dulce. Encima, con el colmo de pensar en lo escatológicamente razonable que es el parecido entre el chocolate y.... en fin. Ya sabes.
Para los que sentís curiosidad, os dejo el enlace a la página para que veáis que no me invento estas cosas.
De verdad, con lo bueno que está un buen bombón de chocolate belga. En fin, y a comprar menos mierdas por Internet, filibusteros, que el mundo se va a acabar.