Pues sí, lo siento, pero dentro de poco os empezaré a poner recetas más ligeras, que ya que me he decidido a empezar a practicar deporte también tendré que bajar un poco la ingesta masiva de calorias. Pero no os preocupéis, gracias a mi participación en diferentes retos algunas irán cayendo.
Hoy os traigo una tarta que tenía muchas, pero que muchas ganas de hacer, una nude cake, si traducimos literalmente es una tarta desnuda, es decir que no lleva ningún tipo de cobertura. La verdad es que me ha gustado mucho su aspecto, y de sabor ni os cuento, esta feo que yo lo diga pero está para morirse.
Como veréis la receta del bizcocho es muy parecida a la que estoy haciendo últimamente, y es de cosecha propia, ya tengo unos cuantos bizcochos de experiencia, y al final he adoptado mi propia fórmula. Otra vez está mal que yo lo diga, pero con ella conseguiréis un bizcocho tan y tan esponjoso que no le hace falta almíbar alguno, os lo recomiendo.
Y cómo la receta es larga no voy a enrollarme más por hoy, vamos allá.
INGREDIENTES PARA EL BIZCOCHO (MOLDE DE 15 CM Y 10 DE ALTO):125 gr de harina con levadura incorporada.
125 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
125 gr de azúcar.
4 huevos a temperatura ambiente.
50 ml de leche a temperatura ambiente.
10 ml de zumo de limón.
1 cucharadita de bicarbonato.
1 cucharadita de esencia de vainilla.
1/2 cucharadita de sal.
INGREDIENTES PARA EL RELLENO:
Mermelada de frutos del bosque.
Frutos del bosque.
Cheese cream.
INGREDIENTES PARA LA CHEESE CREAM:
100 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
100 gr de azúcar glas.
100 gr de queso crema frío de la nevera.
Colorante alimenticio colores lila y negro.
ELABORACIÓN DEL BIZCOCHO:
En primer lugar tamizamos la harina junto con el bicarbonato y la sal y lo mezclamos todo con el azúcar.
Añadimos la mantequilla y la buttermilk (la buttermilk no es más que la leche mezclada con el zumo de limón y dejada reposar esta mezcla 10 minutos, veréis que tiene el aspecto de leche cortada), lo mezclamos todo hasta que esté completamente incorporado.
Añadiremos ahora los huevos uno a uno (no añadir el siguiente hasta que el anterior esté totalmente incorporado) y la esencia de vainilla.
Prepararemos el molde, para ello le ponemos mantequilla en el fondo y los laterales, en el fondo pondremos papel de horno que habremos cortado a la medida del molde, y volvemos a ponerle mantequilla.
Incorporamos la masa al molde, lo giraremos un poco para manchar los laterales con la masa (de esta forma os puedo asegurar que crecen de forma plana o casi casi plana) y después le daremos un par de golpes fuertes en el mármol dejándolo caer (así alisamos la parte superior).
Lo llevaremos al horno, precalentado a 180º, con calor arriba y abajo sin ventilador. Lo tendremos aproximadamente unos 45-50 minutos. Cuando ya estemos a mitad de la cocción (más o menos cuando haya pasado media hora), podéis abrir un poquito el horno, si veis que la parte de arriba es está tostando lo tapáis con un poco de papel de aluminio y continuamos con la cocción. Para saber que esta listo introduciremos una brocheta, si veis que esta sale limpia ya lo tendremos.
Sacamos el bizcocho, lo dejaremos reposar 10 minutos, y posteriormente lo ponemos hacia abajo en una rejilla (no lo saquéis del molde hasta que esté completamente frío, así se mantendrá mucho más entero).
A mi me gusta dejar reposar los bizcochos en la nevera como mínimo 1 día, así al partirlos queda la miga mucho más solida y no se nos deshará.
PREPARACIÓN DE LA CHEESE CREAM:
Batimos la mantequilla hasta que tenga una textura muy cremosa.
Añadimos el azúcar glas y lo batiremos como mínimo 10 minutos (con ello evitamos que al comerla notemos el azúcar como si fuese arenilla).
Por último incorporamos el queso crema, pero mezclaremos sólo hasta que quede incorporado, sin sobrebatir.
En este punto, con ayuda de un palillo, pondremos el colorante negro y lila a partes iguales, y volvemos a mezclar (yo le puse como 4 veces untando el palillo de cada color). Una cosa muy importante, nunca volver a añadir colorante con el palillo que hayamos incorporado a la masa pues si no os cargaréis el resto de colorante que tenéis, y baratos precisamente no son. Ok????
PREPARACIÓN DEL RELLENO Y MONTAJE FINAL:
Ahora vamos a dividir el bizcocho en tres partes, dejando siempre la base en la parte de arriba pues será la más lisa.
La verdad es que yo no utilizo liras, lo hago directamente con un cuchillo de sierra y ayudándome con una base giratoria, lo que si pongo son palillos para después al volver a montarlo que coincidan los bizcochos.
El relleno lo haremos untando primero la superficie con la mermelada, después le ponemos la cheese cream (que habremos puesto en una manga pastelera para facilitarnos el trabajo) y por último los frutos del bosque.
En mi caso en la superficie final no le puse frutos del bosque, pero evidentemente lo podéis añadir.
Con la cheese cream que salga un poco por los laterales, y con la ayuda de una espátula, la untaremos por la superficie para darle un toque más rústico.
Lo mantendremos en la nevera hasta 1 hora antes de consumir (habrá que sacarlo con antelación para que la cheese cream coja una consistencia más apetecible, si no estará muy dura).
Uffff, pero que cosa tan y tan buena, probadlo y ya me contaréis.
Y por esta semana ya estamos, os espero de nuevo el martes, no me podéis fallar, estamos de reto, el mío, el de Laura Real, y por suerte también será hipercalórico, además de ser una receta que hacía mucho, pero que mucho tiempo que quería hacer, espero que a vosotros también os guste, pero hasta el martes no os puedo decir nada.
Un beso enorme a todas/os.