El origen de la viticultura de Jerez hay que buscarlo en los fenicios, pueblo que trajo consigo el cultivo de la vid al sur de España, en torno al año 1.100 a.c. , según dice Estrabón en su libro Geografía.
En el yacimiento de Doña Blanca, ciudad fenicia situada en el término de El Puerto de Santa María, se han encontrado un lagar que data del siglo IV a. C. En esa época, parece ser que la región donde actualmente está Jerez se llamaba Xera, que significa ?tierra seca?.
Lagar siglo IV Doña Blanca
Ya durante la época romana en la que Jerez pasó a llamarse Ceret, hay archivos que recogen la salida en barcos de millones de ánforas de vino camino de Roma, y es entonces cuando el Vinum Ceretensis empieza a ser conocido y apreciado fuera de nuestras fronteras. Su elevada graduación alcohólica fue decisiva, ya que permitió que el vino se conservase bien, evitando así que se convirtiese en vinagre durante su traslado.
A partir del siglo XII empieza a enviarse a Inglaterra, por eso los ingleses, siempre tradicionales y principales consumidores de estos vinos, lo conocen como el nombre árabe de la ciudad, Seris o Sherish, que por derivación fonética se conoce actualmente como Sherry.
Enrique I de Castilla, intercambió lana inglesa por vino de Jerez, lo que contribuyó a la popularización de éste en Inglaterra.
Desde 1264, con la reconquista de la ciudad por Alfonso X el Sabio, Jerez, rebautizada como Xeres, se convirtió en frontera entre la España musulmana y la cristiana. De ahí el nombre de Jerez de la Frontera.
Por su parte, Enrique III de Castilla, por Real Provisión de 1402, prohibió que se arrancase una sola cepa de Jerez.
El 12 de agosto de 1483 el Cabildo de Jerez promulgó las Ordenanzas del Gremio de la Pasa y la Vendimia de Jerez, primer reglamento que reguló la vendimia, las características de las botas (barricas), y el sistema de crianza y el comercio.
A finales del siglo XVI, los Sherry-sack, se consideraron los mejores vinos del mundo. Ya en el siglo XVI William Shakespeare alababa al vino de Jerez: "Si tuviera mil hijos, el primer principio humano que les enseñaría sería rechazar libaciones tenues y dedicarse al jerez". (Enrique IV, segunda parte)
Una reputación que fue creciendo sobre todo en el norte de Europa hasta 1850. El nombre ?sack? procede de la forma española ?saca?, en francés llamada ?tirage? y que significa sacado del barril.
En el último cuarto del siglo XIX se produjo la gran explosión en la exportación del Sherry, con las bodegas de Jerez trabajando al máximo para poder hacer frente a la gran demanda de los países del norte, especialmente Holanda e Inglaterra, que todavía hoy continúan siendo los dos mayores mercados.
Los británicos, artífices incuestionables de la expansión de los vinos de Jerez por todo el mundo, no sólo contagiaron el gusto por el Sherry a los habitantes de sus múltiples colonias por todo el mundo, sino que, en aquellas en las que era posible la producción de vino, comenzaron a elaborar caldos en un cierto estilo que recordaba al auténtico jerez y a denominarlos "Australian Sherry", "South African Sherry" o "Canadean Sherry". Había nacido el problema de los sucedáneos, que lamentablemente aún perdura.
En 1933, se publica la primera Ley Española del Vino, ya ese texto recoge la existencia de la Denominación de Origen Jerez. Amparados por el nuevo texto legal, los productores jerezanos se pusieron manos a la obra y en enero de 1935 se publicó finalmente el primer Reglamento de la Denominación de Origen Jerez y de su Consejo Regulador, el primero en constituirse legalmente en nuestro país.
Fuente: Bodegas y Vinos y Consejo Regulador del Vino