Se puede decir que la historia del vino coincide con la historia del mundo occidental. Los historiadores están de acuerdo en que el vino probablemente fue descubierto accidentalmente en una región comprendida entre el Nilo y el Golfo Pérsico durante la época de las primeras civilizaciones del mundo (entre 4000 y 3000 a.C.).
Estos pequeños asentamientos se convirtieron en ciudades-estado y el comercio comenzó a desarrollarse a gran escala en todo el Mediterráneo. Es así como la uva se fue transportada por pueblos como los fenicios, griegos y romanos hasta el conocimiento de la propagación de elaboración del vino en toda la región mediterránea y, finalmente, a través de gran parte de Europa.
El hombre antiguo estaba sin duda familiarizado con uvas, pues hasta en las paredes de las cuevas antiguas han aparecido dibujos de semillas de uva.
Los historiadores creen que las uvas se fermentaban por accidente con la ayuda de levaduras que deben haber estado presentes al almacenarlas. Egipto y Persia probablemente fueron testigos del nacimiento del espíritu fermentado.
Los egipcios cosechaban uvas en la región fértil del Nilo, luego las pisaban y las dejaban fermentar en grandes cubas. No es de extrañar que los primeros egipcios atribuyeran esta bebida al dios Osiris y la usaran durante los rituales funerarios.
En Persia, también se pensó en el vino como un don divino. Hoy en día, se considera que algunas de las mejores viñas de hoy se derivan de especies precursoras cultivadas por los persas. Sin embargo, se cree que los fenicios, los capitanes de la marinería, fueron los responsables de la difusión de las técnicas de vinificación a áreas tales como Grecia e Italia, especialmente la región de la Toscana.
Mientras que el vino era popular en Roma, fue prohibido por el Código islámico y en consecuencia las zonas bajo el control musulmán ?del sur de España, el norte de África y el norte de India- vivieron un cese de la producción de vino.
La vinificación prosperó bajo la mirada de la Iglesia Católica. Con el tiempo, la capacidad de elaboración de vinos se extendió a lugares lejanos como Inglaterra que disfrutaron de las variedades de vino Jerez, Oporto y Madeira.
Los monjes cristianos de Francia y el norte de Italia mantienen registros de sus prácticas de vinificación y el cultivo de la uva. En 1800, Francia sería reconocida como la mejor de las regiones productoras de vino del mundo.
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Imágenes: mentalhealthy, tapchiruouvang, paperblog