Fácil, fresquito, vistoso y ¡solo 3 ingredientes! Hoy os traemos un postre veraniego de lo más resultón. Se trata de la serradura portuguesa, un postre muy tradicional en el país vecino aunque su popularidad, por motivos insospechados, no haya trascendido a nuestras fronteras.
Pero os animamos a probarlo porque se prepara en un periquete, admite mil variaciones como os contamos en la receta y con este calorcito lo raro será que no os toméis más de uno. ¡Eso sí, solo apto para paladares dulzones!
¿Qué necesito?
200 ml. de nata (crema de leche) líquida para montar 35% M.G.
100-150 ml. de leche condensada
1 paquete de galletas maría
¿Cómo lo hago?
Trituramos las galletas maría en la picadora de la batidora hasta obtener un polvo fino.
Semimontamos la nata (crema de leche) líquida bien fría con ayuda de unas varillas eléctricas, es decir, la montamos ligeramente sin hacerlo del todo. Añadimos la leche condensada y entonces sí seguimos batiendo hasta que se monte completamente. La cantidad de leche condensada depende de vuestro nivel de glotonería, pero tened en cuenta que es un postre bastante dulce.
Y ya solo queda montar la serradura. En unas copas o vasitos intercalamos capas de galleta con capas de nata (crema de leche) y finalizamos espolvoreando algo de galleta sobre la última capa de nata (crema de leche). Dejamos reposar en la nevera y servimos las copas bien frías.
Ya veis que más fácil imposible y además este postre permite desarrollar toda vuestra creatividad porque podéis probar a añadirle otro tipo de galletas que os gusten más, como las digestive, o añadir algo de sirope de chocolate a la copa o incluso un topping original como lacasitos, conguitos... ¡Vamos que todas las combinaciones están abiertas! ¡A crear se ha dicho!
Fuente: este post proviene de Vuelta y vuelta, donde puedes consultar el contenido original.
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