En esta ocasión he hecho una versión de fresa y con molde en forma de corazón para celebrar San Valentín.
Ingredientes:
(para un tiramisú pequeño)
7 bizcochos de soletilla
almíbar:
50 g de agua
1 cucharadita de azúcar
2 cucharaditas de limón
crema:
90 g de queso mascarpone
75 g de queso de untar (tipo Philadelphia)
45 g de azúcar glas
cobertura:
1/4 kg de fresas
un paquete de gelatina de fresa (se puede sustituir por mermelada de frutos rojos)
Un molde (preferentemente desmontable) redondo, cuadrado o en forma de corazón.
No es necesario que tenga base.
Colocamos el molde encima del plato en el que vayamos a presentar el postre.
colocamos la mitad de los bizcochos de soletilla. Me han cabido dos enteros, para el resto he partido trocitos. Es importante que el fondo quede totalmente cubierto.
Disolvemos el azúcar en el agua, añadimos el zumo de limón y utilizamos la mitad para bañar con mucho cuidado la base de bizcochos (hay que echar muy poquito en las zonas de trocitos). No hace falta empaparlos mucho, corremos el riesgo de que el líquido se nos salga por el borde.
Mezclamos los quesos con el azúcar y cubrimos los bizcochos mojados con la mitad procurando no arrastrar (ayuda que los quesos no estén muy fríos).
Repetimos todo el proceso: colocar bizcochos, bañar y cubrir con crema.
Lavamos las fresas, las cortamos en trocitos y las dejamos escurrir.
Preparamos la gelatina: ponemos en un cazo 250 ml de agua. Cuando hierva echamos un sobre de gelatina (suelen venir dos en el paquete), removemos hasta que se disuelva la gelatina, retiramos del fuego, añadimos otros 250 ml de agua fría, removemos y dejamos enfriar.
Colocamos los trozos de fresa encima de nuestra tarta.
Metemos la gelatina en la nevera y vamos comprobando su estado. Necesitamos que no esté líquida, pero que no haya endurecido. Al remover con una cucara notaremos que está cambiando la textura. Entonces la echamos encima de las fresas justo hasta cubrirlas. Podemos echar el resto en flaneritas (¿con trozos de fresa?) y las dejamos cuajar en la nevera.
Dejamos el tiramisú en la nevera para que coja consistencia la gelatina.
Si nuestro molde es desmontable no hace falta pasar un cuchillo por el borde antes de desmoldar, al abrir se desprenderá solo.
El aro en forma de corazón me costó 6 euros en Amazon. Se puede ajustar a varios tamaños. Lo puse en el más pequeño.
Si sustituís la gelatina por mermelada no quedará tan brillante pero se abrevia el proceso ;-)