Hace unos días, mi amiga Mª Ángeles puso en el Facebook esta receta. No recuerdo de dónde la había sacado ella. El caso es que me llamó mucho la atención, y no porque a mi me gusten las berenjenas, que las odio, si no porque a mi marido le encantan y mi suegra tiene superproducción y algo hay que hacer con ellas.
Cuando me puse a hacer la cena, ese mismo día, me di cuenta de que si hacía sólo el revuelto de espinacas, Alberto se quedaba sin cenar (eso y las acelgas es lo que él odia). En la nevera tenía una berenjena... y había visto una receta original... Ya tenía su cena!!!
Ingredientes:
1 berenjena
2 tomates
Anchoas en lata
Queso rallado
Preparación:
Es muy, muy sencillo de hacer. Cortamos las berenjenas en rodajas (yo normalmente las dejo un rato con sal para que lloren y se les quite la acidez, pero como era la hora de cenar me salté el paso y Alberto no dijo nada)
Calentamos una sartén y le ponemos unas gotitas de aceite. Vamos poniendo las rodajas de berenjena y dejamos que se vayan haciendo, no hace falta que estén totalmente hechas porque luego las llevaremos al horno.
Mientras, cortamos los tomates en rodajas.
Vamos poniéndolas en la bandeja del horno, sobre papel vegetal (así no se os manchará tanto del queso) y encima ponemos la rodaja de tomate.
Acabamos espolvoreando todas con el queso rallado y poniendo encima una o dos anchoas, dependiendo del diámetro de la rodaja de berenjena.
Las metemos en el horno con fuego y abajo unos 5minutos. Si queréis que os quede un poco más tostado, podéis poner el gratinador, pero recordad que arriba están las anchoas y si os pasáis quedarán secas y saladas.
Se sirve recién sacada del horno.
Notas:
A mi marido le encantaron... A qué estáis esperando para probarlas con lo fáciles que son de hacer???