10 TIPS PARA DEJAR DE COMER CARNE

¿Por qué dejar de comer carne? Cada vez hay más personas a lo largo y ancho del mundo que han optado por una alimentación basada en plantas. Ya no solo por cuestiones éticas hacia los animales, sino por mejorar la salud y por respetar el medio ambiente.



Ser vegetariano, vegano o llevar una dieta baja en carne se ha convertido en un movimiento que va ganando popularidad a medida que va pasando el tiempo. De hecho, numerosos famosos han declarado abiertamente que son veganos: Ellen DeGeneres, Moby, Beyoncé y Jay Z, Paul McCartney, y hasta el príncipe Harry y Meghan Markle. ¿Quieres unirte a esta tendencia?

Pero, Cómo dejar de comer carne es el título del libro de Stepfanie Romine, quien ha recopilado 100 consejos que te guiarán en tu transición a una vida libre del consumo animal.

Hoy, en ‘Cocina con Oberon’, te contamos 10 de esas claves. ¡Sigue leyendo!



1. Lleva tu propio ritmo

Si para ti la alimentación sin carne es una novedad, no corras en hacer el cambio de un día para otro. Cuando escojas beicon de tofu en vez de beicon de cerdo, cuando comas ensalada de verduras, en lugar de pastel de carne; tu cuerpo te lo agradecerá y tu salud se verá beneficiada. Cada cambio suma, por pequeño que sea.

Ninguna acción pasa desapercibida, independientemente del motivo que tengas para dejar la carne. Y tampoco pasa nada si tienes un capricho de vez en cuando durante el proceso de transición. Cuando tengas ganas de comer carne, a veces es mejor ceder para avanzar, que dejar que algo te desgaste y estresarse por ello. ¡Llévalo a tu propio ritmo!



2. Mantén un peso saludable

Da igual tu motivación para dejar de comer carne, los beneficios son los mismos. Comer menos carne y más productos vegetales siempre será buena opción para tu salud y para tu línea, pero, según un estudio de 2015, la dieta 100% vegana sea, quizás, la mejor elección para perder peso.

Los investigadores escogieron a 50 adultos, a cada uno se le asignó una dieta entre la vegana, la vegetariana, la pescetariana, la semivegetariana y la omnívora. Transcurridos seis meses, los que siguieron la vegana habían perdido más del doble de peso (el 7 por ciento de su peso corporal) que los que seguían el resto de dietas.

Independientemente de que tu intención sea perder kilos o mantener tu peso como está, la dieta basada en plantas puede ser la solución.



3. Empieza con las legumbres

Puede que las legumbres no te quiten las ganas de comerte un filete, pero constituyen un alimento básico nutritivo, asequible y sabroso. Las legumbres son muy versátiles y están repletas de proteína, fibra y otros nutrientes. ¿Quieres algunas ideas para comenzar?

La lenteja es la legumbre que menos tarda en cocinarse, lo que la hace ideal para las cenas en momentos de mucho ajetreo. Ponlas con salsas especiadas o sobre patatas asadas.

Los garbanzos están deliciosos en ensaladas o en wraps, y las judías blancas con salsas para pasta ¡están para chuparse los dedos!

Con las judías negras y pintas puedes hacer tacos y burritos, y para los platos de cocción lenta, usa guisantes secos en mitades.


4. Pon creatividad en las hamburguesas vegetales

Las hamburguesas vegetales es una opción fácil de incluir en el menú de los restaurantes para los clientes que no comen carne. Pero tienes que tener en cuenta que hay mucha variedad, las hay saludables, o de comida basura, y las hay deliciosas, o muy regulares.

En casa las puedes hacer con la densidad de nutrientes que te apetezca: legumbres, verduras, hierbas y especias.

Cuando vayas a comprarlas a la tienda, ten en cuenta los ingredientes, muchas contienen soja procesada, mucha sal y más grasa de las necesarias. Lee las etiquetas y evita las que contengan ingredientes que no conoces.

Por último, la diversión está en lo que le pones encima. Más allá de lo tradicional, a mí me gusta el aguacate, los brotes, las salsas, el chutney y hasta el hummus.



5. Elige alimentos de temporada

Gracias a la globalización podemos disfrutar de la mayoría de las frutas y verduras todo el año, pero eso tiene un coste. Dejando la huella ecológica aparte, el precio de los productos de fuera de temporada será más alto que el de los que se cultivan en la zona y en temporada. Además, las frutas y verduras saben mejor en su momento, habiéndolas dejado madurar de forma natural.

6. Planifica tus comidas

Parecerá una tarea tediosa, pero si quieres ceñirte a un presupuesto, hay que planificar. Como primer paso conviene hacer la lista de la compra, con el fin de no ser tan impulsivo. Lo siguiente será planear las comidas de cada día de la semana, o planear para cada dos días. Con eso no hará falta ir a la tienda cada día y desperdiciarás menos comida. ¿Sabías que una tercera parte de la comida producida por los humanos acaba en la basura? Así que cada gesto cuenta.



7. Ten la mente abierta

Hay personas muy críticas respecto al no comer carne. Céntrate en lo positivo: los beneficios para la salud y la variedad de comidas deliciosas que puedes tomar. Cuando la gente ve lo que puedes comer sin carne, se les despierta el interés. El cambio es algo difícil de aceptar y si cuestionas lo que la gente entiende por normal, por lo general se cierran en banda y responden a la defensiva.

Mantente firme y positivo: tienes derecho a elegir lo que comer y lo que no.

8. Sé generoso con las hierbas y especias

Las hierbas y especias no solo aportan sabor (sin calorías, sin sal, sin grasa), sino que tienen gran concentración de fitoquímicos: nutrientes de gran valor que solo se encuentran en las plantas. Familiarízate con ellas:

Las hierbas secas aguantan varios meses.

Si en la receta pone hierbas frescas, pero solo tienes secas (o viceversa), no pasa nada por cambiar unas por otras.

Las hierbas secas son más potentes al estar más concentradas. Cuando cocines con hierbas frescas, por el triple de cantidad.

Cocina las hierbas secas para liberar su sabor y, como buena medida, frótalas antes entre tus manos para liberar la volatilidad de sus aceites y otros compuestos.

Añade hierbas secas y especias a la olla cuando cocines cebollas o chalotas, dejando que el aceite libera más su sabor.

Las hierbas frescas se usan para adornar y suelen añadirse al final.


9. Tuesta los frutos secos

Compra, siempre que sea posible, frutos secos y semillas enteras. Se pueden usar para hacer leche y salsas, aunque, si los tuestas, aportan gran intensidad de sabor para las comidas. Espárcelos sobre una bandeja de horno y déjalos en el horno durante diez minutos aproximadamente a 180 grados. Luego, pásalos a otro plato para que se enfríen.

Trocéalos y sazona al gusto ¡Así ganaran más sabor! Añade también sal y pimienta, prueba a poner curri en polvo, pimentón ahumado canela.

Los frutos secos tostados son un buen aperitivo de por sí. Y, los puedes usar para coronar cuencos de granos, ensaladas o en las hamburguesas vegetales.

10. No dejes de probar comidas nuevas

Ponte el objetivo de aprender una receta a la semana, haz la compra en distintos mercados, y empieza a seguir blogs y cuentas de Instagram de gente que publica sobre alimentación sin carnes.

La alimentación sin carnes es buena para tu salud, para el planeta y para todas las criaturas con plumas, pelo y escamas que lo habitan. Con cada compra que haga, cada almuerzo que prepares, cada bocado que des, estás contribuyendo a un bien mayor: acuérdate de eso cuando busques inspiración culinaria.

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