He leído muchísimas recetas de albóndigas pero la verdad es que no se como se le ocurrió a mi madre sofreir las cebolla del interior pero la verdad es que de este modo queda la carne mucho más jugosa y no tan seca.
Para que las prepares en casa necesitas los siguientes ingredientes:
1 kg. de carne de ternera picada
2 cebollas
4 dientes de ajo
300 ml. de tomate frito
1 huevo
1 limón
1 vaso de vino
una ramita de perejil
sal
pimienta negra molida
nuez moscada
laurel
tomillo
1 cuchara pan rallado
aceite
Elaboración:
Para empezar picamos una cebolla y un diente de ajo y sofreímos esto con un chorro de aceite de oliva a fuego suave, la intención es que la cebolla quede bobita, es decir, bien cocinada y con apariencia transparente.
En un bol colocamos la carne molida, luego agregamos el sofrito de cebolla y ajo.
Ahora comienza el colorido, picamos pequeñito el perejil y se lo añadimos a la carne.
Incorporamos el huevo en crudo, una cucharada sopera de pan rallado, un poco de pimienta molida, sal, una pizca de nuez moscada, el zumo de limón y una cuchara sopera de tomate frito.
Mezclamos bien todos estos ingredientes con la carne y comenzamos a preparar bolitas, el tamaño es el que más nos guste, hay personas que las prefieren pequeñitas y otra un poco más grandes.
Pasamos cada albóndiga por harina y las vamos colocando en un plato.
Una vez tengamos todas las albóndigas enharinadas, ponemos aceite en una sartén y comenzamos a freír, las albóndigas ya fritas las vamos colocando en una olla para luego añadirles la salsa.
Aparte en otra sartén colocamos la otra cebolla y un diente de ajo con aceite a freir durante unos diez minutos a fuego suave, luego les añadimos el tomate frito restante, un vaso de vino, una hoja de laurel y una ramita de tomillo. Todo esto dejamos que hierva y a continuación se lo añadimos a las albóndigas, luego colocamos la olla a fuego lento para que la salsa hierva otra vez, si vemos que tiene poca salsa podemos añadirle un poquito de agua, ya que la salsa tiende a espesar debido a la harina de las albóndigas.
Recomiendo cuando apaguemos el fuego dejarlas reposar un rato antes de servir, verás que cogen un sabor estupendo.
Las puedes acompañar con arroz o con una papa (patata) hervida. A los niños les suele encantar y es una buena manera de que coman carne ¡no te parece!